Pros y contras para las exportaciones mendocinas con la victoria de Trump
El resultado de las elecciones en Estados Unidos, que tuvieron en la jornada de ayer en vilo a buena parte del mundo, se conoció en las últimas horas y ya varios jefes de Estado, incluido el presidente Javier Milei, felicitaron a Donald Trump por haber resultado ganador. Pero ahora resta esperar para ver qué implicancias podría tener ese triunfo para la economía argentina y, en particular, las exportaciones mendocinas.
Para entenderlo, en el acumulado de enero a julio de este año se enviaron a Estados Unidos 72.522.467 kilos de productos, lo que representa un incremento del 20% con respecto a los 60.270.304 enviados en el mismo periodo de 2023. Esto permitió llegar a un total de US$ 172.809.358, un 21% más que el año pasado, cuando se habían alcanzado US$ 142.505.729 en los primeros siete meses.
En términos de importancia para la economía provincial, los datos del Área de Inteligencia Comercial de Fundación ProMendoza permiten apreciar que se han exportado US$ 102 millones (de enero a julio) de vino, US$ 19,4 millones de jugos de frutas y hortalizas (mosto), US$ 9 millones de aceite de oliva y US$ 7,5 millones de ajo a ese destino.
En cuanto a los aranceles, el vino fraccionado de hasta 14° de alcohol y en envases de menos de dos litros paga 6,3 centavos por litro y el de más de 14°, 16,9 centavos; el vino a granel también abona valores diferenciales según la graduación alcohólica: 14 o 22,4 centavos, respectivamente; el espumoso tiene una carga impositiva al ingresar a Estados Unidos de 19,8 centavos por litro; el mosto argentino paga 4,4 centavos por litro; el ajo, 0,43 centavos por kilo; y el aceite de oliva, 5 centavos por kilo si el envase es de menos de 18 kilos y 3,4 centavos si supera ese peso.
Trump afirmó, durante su campaña electoral, que para proteger la producción estadounidense fijará un arancel general de 10% a las importaciones. También mencionó que ese porcentaje podría llegar al 20% e, incluso, al 60% para los productos provenientes de China. Sin embargo, los análisis también plantean que la cercanía de ideas con otros presidentes podría ser determinante y que esto beneficiaría a la Argentina.
Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, planteó que el triunfo de Trump tiene, al igual que si hubiera ganado Kamala Harris, pros y contras. Entre los puntos favorables mencionó la conexión que el líder estadounidense tiene con Javier Milei. Recordó que el presidente electo intercedió para que el FMI diera a la Argentina un respaldo que nunca ha dado a otro país. “Podemos tener un aliado político estratégico, y más con el perfil de política económica de Milei, que está enfocado en Estados Unidos e Israel”, consideró.
Como contraparte, señaló que Trump quiere privilegiar la producción norteamericana y que esto lo podría llevar a adoptar medidas arancelarias para trabar la entrada de productos del exterior. Pero Bustos Carra indicó que, si procede de estar manera, va a aplicar aranceles mucho mayores a China, que es un país con costos de producción muy bajos. Y el deterioro de esa relación comercial podría ser una oportunidad para otros países, como Argentina, de proveer excedentes, lo que tal vez compensaría la mayor carga impositiva.
Por otra parte, mencionó que la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, la Cámara de Exportadores de la República Argentina, la Copal (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) y la Unión Industrial Argentina (UIA), entre otras entidades, vienen insistiendo en el pedido de que se reintegre el sistema generalizado de preferencias.
Detalló que este es un beneficio que se otorga a los países con economías con dificultades, que Argentina tenía en Estados Unidos, pero se perdió hace 10 años, ya que las gestiones de Cristina Fernández y Alberto Fernández presentaban “cifras irreales”. De esta manera, los productos argentinos dejaron de tener una reducción en los derechos de exportación.
Bustos Carra señaló que la última presentación para pedir su reinstauración fue en septiembre, pero estimó que es probable que Trump vuelva a ponerlo en agenda. De ser así, se podría mitigar el efecto de una posible suba generalizada de aranceles. Pese a eso, insistió en que “el principal esfuerzo lo tenemos que hacer nosotros para ser competitivos” y que se pide que bajen impuestos en el exterior, mientras se mantiene la carga impositiva en el país.
Martín Clement, presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), analizó que hay muchos factores para tener en cuenta al momento de analizar un eventual impacto, tanto positivo como negativo, en las exportaciones mendocinas por el resultado de las elecciones, y que eso dificulta hacer un pronóstico. Además, porque se trata de cuestiones muy dinámicas.
Precisó que Mendoza exporta a Estados Unidos productos del agro, principalmente del complejo vitivinícola: vino y mosto. En principio, si hubiera alguna medida proteccionista para esos productos podría tener un cierto impacto, ya que el país del norte ha caído bastante como destino de las exportaciones de vino en los últimos meses.
En cuanto al mosto, señaló que el estadounidense es el primer mercado del jugo de uva concentrado que se elabora en Mendoza, y que habrá que ver qué sucede con productos sustitutos provenientes de China. Si los aranceles para el país asiático fueran más altos, podría ser una oportunidad para el mosto argentino.
Por otra parte, Clement manifestó que, lamentablemente, pese a la afinidad que puedan tener Trump y Milei, Argentina tiene limitaciones en sus negociaciones por ser miembro del Mercosur, ya que cualquier acuerdo debe hacerse en conjunto. Así, si Estados Unidos ofreciera un beneficio para los productos argentinos, habría que dar reciprocidad y, en ese caso, hay que acordar con los otros países miembros. En este sentido, se mostró partidario de “una salida inteligente, planificada y bien analizada del Mercosur”.
Por otra parte, el titular del CEM resaltó que la salida de Diana Mondino como canciller y su reemplazo por Gerardo Werthein, quien hasta ese momento era embajador de Argentina en Estados Unidos, puede ser una oportunidad, más allá de que se puedan plantear otras diferencias en el cambio.