Ël y ella… Ella y él se conocían desde niños, sus familias eran vecinas y amigas, así compartieron fiestas, veranos, inviernos y mucho más. Podían pasar mucho tiempo juntos sin darse cuenta, eran compinches y confidentes en todo a pesar de una pequeña diferencia de edad entre ellos y de que iban a escuelas diferentes teniendo distintos amigos y actividades.
Cuando casi finalizaban la primaria ella empezó a gustarle él, sentía mariposas en la panza cada vez que se veían y quería estar linda para él, él un poco mayor, todavía no sentía nada especial y hasta le parecía raro cómo ella se comportaba, no era la misma, se arreglaba y vestía diferente, él prefería a su amiga de siempre, a la que no le importaba vestirse bien.
Pero cuando él entro en la secundaria comenzó a ver de otra manera a sus compañeras, sus cuerpos eran distintos al de su amiga, indudablemente sus pechos le llamaban la atención, sus piernas, sus looks… claro que intentó explicárselo a su amiga, ya que hablaban de todo, y no sabe si se expresó mal o no, pero su amiga no le volvió hablar por bastante tiempo… sin saberlo le había roto un poco su corazón, y no iba a volver a verlo hasta no sanarlo.
De alguna manera a él le vino bien el distanciamiento, le daba la oportunidad de conocer a sus amigas, de notar que su cuerpo también estaba cambiando, que tenía otras necesidades y quería explorarlo todo. Fue un año muy especial para él en muchos aspectos, revelador también y eso le gustaba.
Ella se sentía mal por su amigo, pero también pudo disfrutar su último año de primaria con sus compañeros, juntadas, buzos, viaje de egresados, hasta un amor de escuela, con sus primeras sensaciones y la adrenalina de elegir una buena escuela para la secundaria.
Así fue como volvieron a cruzarse ese verano, fiesta de fin de año, pileta, quincho, sol y traje de baño…. Así se apareció su amiga, con una linda bikini que mostraba todo lo que ella había crecido también y su rostro se iluminó al verla, le hizo señas para que se sentara junto a él, ella sólo le sonrió y se sentó junto a su primer novio, su compañero de escuela. La desilusión que sintió en ese momento fue casi igual a la de ella unos meses atrás, sin saberlo le había roto un poco el corazón, y no iban a volver a verse hasta no sanarlo.
Otro año estaba a punto de terminar, entre colegios, actividades sociales y extracurriculares, nuevos amigos, novios y novias; él y ella… ella y él no se habían vuelto a ver. Una nueva fiesta de fin de año los volvería a reunir, ésta vez sería de noche, cena y baile eran los planes de sus familias. Ninguno quiso admitirlo pero estaban nerviosos del reencuentro, ambos irían con amigos, para sentirse menos solos, se saludaron cortésmente y aunque no quisieron pasar mucho tiempo juntos, tampoco dejaban de mirarse desde lejos.
Los años siguientes fueron bastante incómodos para los dos, si bien cada uno tenía su vida, no podían dejar de pensar uno en el otro, pero tampoco querían dar el primer paso para retomar su amistad. Lamentablemente cuando estaban por terminar la secundaria él papá de ella tuvo un accidente y falleció, fue un momento muy difícil para ambos, sobre todo para ella, él se acercó sin dudarlo y con un gran abrazo de consuelo todo volvía a ser como antes.
No la dejaba sola un segundo, la llevaba y traía en su moto a dónde quisiera ir, se acompañaban en todo momento, eran amigos, compinches y casi hermanos de nuevo, otro verano que habían podido disfrutar juntos y sellarían con una noche especial subiendo juntos el Cerro Arco con luna llena.
Allí sólo ellos, la luna y las estrellas eran testigos de un momento, su momento, aquel que sin querer confesarse ambos querían y deseaban. Sin decir una sola palabra se miraron a los ojos y se besaron por primera vez, un beso que despertó en ellos todo lo que estaba dormido, las ganas de abrazarse, acariciarse y sentirse de una manera más íntima y muy distinta a la de ser sólo amigos.
Continuará…
