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Relatos

Historia y curiosidades del vino para conocer

1- ¿Cuándo empezó la vendimia?

Muchos sostienen que la vendimia (“vinea”: vid – “demere”: quitar, arrancar, tomar, retirar) como el proceso de cosechar las uvas de la parra tiene su origen en Grecia. ¡Incorrecto! Ya desde el neolítico hay registros de pinturas rupestres que muestran cosechadores de vides, pero en Egipto. Ahí se han encontrado restos pictóricos de aproximadamente 8.000 años atrás con escenas de vendimia. Eran tiempos donde la uva se aplastaba con los pies, tradición que se ha mantenido hasta hace relativamente bastante poco tiempo. Aún hoy, existen celebraciones que conmemoran “la famosa pisaba de la uva” y honran “el vino patero”.

Lo que sí podemos establecer en Grecia, son las primeras fiestas de la vendimia en honor a Dionisio, aquel dios de la agricultura, el vino y los excesos. Eran “las fiestas dionisiacas” que duraban 5 días. Se declaraba una tregua, tiempo en que cesaban todas las actividades. Paraban hasta las guerras para sumarse al festejo.

En Roma, mientras tanto, una de la fiesta de celebración al vino más importantes era previa a la vendimia. La famosa “vinalia”, en honor a Júpiter, donde se consumía todo “el vino viejo” antes de dar paso a la cosecha para hacer los nuevos caldos. Había que tomar muchísimo, pues se creía que el buen bebedor no envejecería jamás. ¡Salud!

2- ¿Cuál fue el primer viñedo encontrado?

Existen hallazgos comprobados de vides (vitis vinisfera) cultivadas que datan de más de 7.000 años en territorios que hoy corresponden a Turquía, Georgia y Armenia.

3- ¿La primera bodega del mundo?

La bodega más antigua encontrada está en Areni, un pueblo armenio en la frontera con Azerbaiyán. Dataría del 4.100 a.C.; mientras que la botella de vino más antigua fue hallada en Chipre, y según los estudios, dicha botella, portaba el milenario vino dulce “Commandaria”. Este típico vino chipriota, originario de las montañas Troodos, está hecho de uvas blanca (variedad: xynisteri) y ya apareció mencionado en el 800 a.C. en textos del Hesíodo.

4- ¿Cuántos dioses del vino existieron?

Cientos. Al ya mencionado griego Dionisio, agregaríamos otro muy famoso: Baco, adaptación romana del dios griego. Supo posicionarse como uno de los dioses más “fiesteros” de la historia con sus legendarias “bacanales”.

Pero además podríamos nombrar a la diosa sumeria Gestín, cuyo nombre significa “madre cepa”. Sumerio también fue el dios Pa-gestín-dug (“buena cepa”), casado con Nin-kasi (“la dama del fruto embriagador”). Pero existieron muchos más, y por todos lados:

  • Acratopotes: compañero de “farras” de Dionisio y el mayor bebedor de vinos de todo Grecia.
  • Aizen Myo-o: dios japonés de los cantineros. El protector de los bares.
  • Enotropeas: diosa griega; «la mujer que convierte todo en vino».
  • Mete: personificación griega de la bebida y la embriaguez.
  • Osiris: dios egipcio del vino.
  • Ba-Maguje: el espíritu “hausa” de la embriaguez. Los hausas son el mayor grupo étnico de África Occidental.
  • Sémele: la amante de Zeus y madre de Dionisio. “La diosa infiel que hace perder la cabeza”.
  • Sucellos: dios celta de la agricultura, los bosques y las bebidas alcohólicas de los galos.
  • Siduri: divinidad del vino en el poema épico de Gilgamesh.

Los amerindios: Acan, el dios maya del alcohol, y Ometochtli, el dios azteca de los excesos. Para los incas, el alcohol era la bebida de “los chamanes” por sus poderes embriagadores y en muchas ocasiones fue utilizado como medicina y antiséptico. Supay, era el dios del mundo subterráneo. “El que endemoniaba”, por ende, el diosito de los que se pasaban de tragos. Aunque no podríamos obviar, a pesar de que no era su función específica a la Pachamana (“la madre tierra”), deidad que protege las cosechas y los frutos.

En las religiones monoteístas, sobre todo el judaísmo y cristianismo, el vino ocupa un lugar preponderante en su culto. Para los cristianos el vino es una sustancia divina, ya que precisamente uno de los grandes dogmas de la iglesia católica, la transustanciación, consiste en que el vino se transforma en la sangre de Cristo.

5- ¿Y cómo llegó la vid a América?

Una antiquísima leyenda escandinava hace referencia a “Vinlandia”, nombre de una zona del este del actual Canadá, descubierta hacia el año 986 por el mercader vikingo Bjarni Herjólfsson, quien llegó a sus costas a causa de una tormenta durante un viaje desde Islandia a Groenlandia. La tierra no fue explorada, ni recibió un nombre hasta algunos años más tarde, cuando hacia el 1001 fue visitada por el navegante islandés Leif Ericson, quien llamó a esta zona: “Vinlandia”, la “tierra de las viñas”. Sin embargo, la introducción sistemática de la vid en América se debió a los conquistadores españoles y fue desde Cuba. Siendo México el primer territorio donde se plantaron las primeras cepas provenientes de España, teniendo en cuenta que ya existían por ese tiempo vides silvestres americanas como las vitis lambrusca, vitis rupestris y vitis berlondieri.

6- ¿Cuándo se conoció la vid en Argentina?

La primera vid que llegará a Argentina tiene como antecedente a los tiempos de la colonización española durante el siglo XVI. Algunos archivos aseguran que la primera cepa que se plantó por esta zona sudamericana fue en 1556 cuando llegaron a Santiago del Estero los jesuitas. Los primeros viñedos de Mendoza y San Juan se habrían plantado años después, entre 1569 y 159º, teniendo mucho que ver el condimento religioso, pues el vino era imprescindible para las celebraciones cristianas.

7- ¿Cuáles son las bodegas tradicionales de Argentina?

Sobre lo ya expresado, resaltamos que el cultivo de la vid perseguía la exclusiva finalidad de cumplir con fines religiosos. Por ende, los primeros emprendimientos vitivinícolas y sus precarias bodeguitas correspondieron a los pioneros “encomenderos” españoles, que a cambio de recibir tierras se comprometían a expandir la religión católica ante la corona como forma de corresponder el otorgamiento de las “mercedes reales”.

Pero además el vino representaba “el símbolo” de la reconquista del Reino de Granada (1492) por parte de España, sometida durante casi 800 años en manos de los musulmanes. La religión islámica prohibía terminantemente a los musulmanes el consumo de vino, por lo que el vino reflejaba para la corona española la identificación con la religión católica, las tradiciones y sus soberanos.

Pero habrá una circunstancia coyuntural que no podremos obviar, y fue durante principios y mediados del siglo XIX: “la peste de la filoxera”, cuando miles de viticultores europeos padecieron el peso del devastador insecto que destruyó millones de hectáreas de viñedos. Su rápida expansión por Francia, Italia, Portugal, España, Hungría y Austria coincidió con la promoción de Argentina como destino alentador y el crecimiento de la industria vitivinícola en Mendoza, lo que hace que llegaran muchos europeos en busca de una alternativa para continuar con la actividad de la cual eran verdaderos especialistas.

Solo citaremos antojadizamente algunas contemporáneas bodegas del siglo XIX y principios del XX que perduraron y supieron conservar un alto reconocimiento mundial (en su momento o actualmente): Graffigna (San Juan) de 1870. Goyenechea (San Rafael – Mendoza) de 1868. Escorihuela Gascón (Godoy Cruz – Mendoza) de 1884. Bodega La Rural (Maipú – Mendoza) fundada por Felipe Rutini en 1885. Bodega Santa Ana (Guaymallén – Mendoza) propiedad por entonces de Luis Tirasso, data de 1891. Michel Torino – Bodega La Rosa (Cafayate – Salta) de 1892. Norton (Luján de Cuyo – Mendoza) de 1919. López fundada por José Gregorio López Rivas (Maipú – Mendoza) en 1898. Luigi Bosca – Familia Arizu de 1901. Humberto Canale (Alto Valle del Río Negro) de 1909. Flichman (Barrancas, Maipú – Mendoza). Trapiche (Godoy Cruz – Mendoza, luego en Maipú)) de Tiburcio Benegas – 1883. Colomé (Valle Calchaquí) de la familia Isasmendi de 1831. Catena Zapata (originaria de Rivadavia – Mendoza) – 1902 y luego desde Lujan de Cuyo proyectada al mundo. Giol y Gargantini (Maipú – Mendoza) de 1885, considerando que Gargantini, tras la separación de la sociedad, se estableció en Rivadavia (Mendoza) y llegó a poseer el paño de viñedos más extenso del mundo en los albores de los años 70.

8- ¿Por qué el vino es la bebida nacional argentina?

Argentina es el único país en el mundo que declaró al vino como bebida nacional, a pesar de la relevancia mundial (productiva y económica) que en materia de vinos tienen otros países que cuentan también con una histórica tradición vitivinícola.

Fue consagrado como “Bebida Nacional” por el Decreto Nº 1.800 del 24 de noviembre de 2010. En julio de 2013 esta decisión fue ratificada por el Congreso de la Nación con la Ley 26.870. Esto determinó que el 24 de noviembre fuera declarado el “Día del Vino Argentino, Bebida Nacional”.

También es importante hacer notar que la arraigada costumbre de “tomarse un vinito” se ha ido perdiendo lamentablemente en el país. Pasando de promedios de consumo de más de 90 litros de vino al año por habitante en 1970 hasta consumos que en la actualidad rozan los 18 litros promedio al año por habitante.

9- ¿Cuál es el vino insigne en Argentina?

El malbec es indudablemente el emblema varietal argentino dentro y fuera del país. “Su majestad, el malbec”. Para muchos, fue introducido en Argentina, puntualmente en Mendoza, por el ingeniero agrónomo francés Michel Pouget en 1853, quien fuera recomendado por Sarmiento al gobernador mendocino de ese momento (Pedro Pascual Segura). Pero no todos en Mendoza piensan lo mismo, sobre que haya sido Pouget el pionero en traer esas cepas. Lo que sí es seguro, que fue Pouget quien más lo promovió al malbec invitando a los viticultores mendocinos a participar en encuentros internacionales como Burdeos, convirtiéndose en un adelantado “director de marketing” de los vinos de Mendoza.

El 74 % de la producción total del país de Malbec se encuentra solamente en Lujan de Cuyo y el Valle de Uco (Mendoza), siendo el volumen total de Malbec producido en Argentina de casi 4.300.000 quintales.

Para terminar. La palabra malbec, deriva de Malbek, un húngaro fanático por las uvas y el vino, cuya prédica se extendió tanto que llegará a nuestros días.

Fuente: Gustavo Capone para mdzol.com

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