
El General José de San Martín nunca deja de sorprenderme… indudablemente fue una gran persona, el mejor entre nosotros, siempre con una visión más allá de lo entendible, una mirada puesta en el futuro, pero también en el contexto histórico que le tocó vivir y llevar a cabo.
Recientemente asistí a una Conferencia Sanmartiniana sobre la Proclamación de la Virgen del Carmen de Cuyo y la carta autógrafa de San Martín en la Casa de San Martín, cuyo disertante fue el doctor Rafael Manzur, presidente de la Cofradía de la Virgen del Carmen de Cuyo en Mendoza. La misma se dio en el marco de la fecha del 5 de enero de 1817, cuando el General le dio la autoridad máxima a la Virgen antes de su partida al cruce de Los Andes.



La verdad que en la charla aprendí muchísimo, no sólo sobre historia, sino también sobre un aspecto religioso del General San Martín que no conocía. Y lo importante que es conocer la historia completa y no dejar que se pierda…
Lo primero que nos mostraron fue una foto de la imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo que San Martín y su esposa Remedios Escalada le regalaron a la familia de Juan Agustín Maza, la misma ha pasado de generación en generación y se conserva aún hoy en día, que ha sigo restaurada y puede ser vista por todos los mendocinos.

Este regalo particular del general y su esposa demuestra que no era de los que regalaban bandejas de plata o algo de oro, sino que entregaban parte de su fe, de la cultura de una ciudad o pueblo.
Por otro lado nunca supe o entendí la importancia de la fe, de la religión, de la cultura para un pueblo, de la fuerza indiscutida que le daba poder consagrarse y creer en algo que los ayudara, que les diera fuerzas para combatir y luchar por sus sueños, en este caso la ansiada Independencia.
El General San Martín no tuvo reparos en delegar todo su poder en el imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo, hacerlo delante de todo el pueblo cuyano reunido en la plaza principal y dejarlo por escrito para que no se pierda nada de lo pensaba y significaba para él la virgen.
Vamos a los hechos
La Virgen del Carmen de Cuyo tiene una estrecha vinculación con los procesos históricos que culminaron con los procesos históricos de nuestro país y de América, constituyendo, en consecuencia, parte integrante del patrimonio cultural material e inmaterial.
Cuando el General San Martín llegó a Mendoza para asumir al Gobernación de Cuyo no era el mejor momento para la revolución que quería llevar a cabo por el contexto histórico que se vivía, no sólo aquí sino también en el resto de América y Europa.
Sin embargo no se amedrentó y parecía tenerlo todo fríamente calculado. Al dar comienzo a los preparativos de la Campaña Libertadora, la devoción a la Virgen del Carmen de Cuyo era ya muy antigua, y se encontraba profundamente arraigada y consolidad en el pueblo cuyano.
Estás circunstancias fueron especialmente tenidas en cuenta por el Libertador y su Estado Mayor, cuando decidió colocar bajo la protección y el patronazgo de la Virgen del Carmen de Cuyo al Ejército de Los Andes, antes de su heroica partida, ya que la popular devoción actuaba como un nexo aglutinante y fortalecedor en el seno de la heterogénea milicia.
Si bien la decisión de adoptar a la Virgen del Carmen como Patrona y Generala se tomó en el marco de una reunión del Estado Mayor, la proclama de se hizo en forma pública y comunitaria incluyendo la jura y bendición de la Bandera de Los Andes.
El acompañamiento del pueblo de Cuyo, fue un factor esencial para la concreción del proyecto libertador, motivando por lo menos la revolucionaria política educativa que implementó el Padre de la Patria, (sí también tuvo tiempo para pensar en la educación de su pueblo).
La Virgen del Carmen de Cuyo tuvo una presencia activa en los actos y procesos fundacionales de las estructuras sociales, políticas e instituciones actualmente vigentes abarcando la historia común, la conciencia colectiva y el patrimonio cultural material e inmaterial.
El propio General San Martín, luego de las victorias de Chacabuco y de Mapú que sellaron la independencia de Chile en forma definitiva, ofrendó su bastón de mando a la Virgen del Carmen en agosto de 1818, en señal de gratitud por su intervención maternal en el proceso libertador.
El gesto del Libertador, no se limitó a la entrega material de ese bastón glorioso, sino que acompañó el mismo con una carta autógrafa, en la que afirmó que la protección de la Virgen fue «demasiado visible» y que dicha entrega en propiedad a la misma, es consecuencia de su «cristiano reconocimiento«.
Después de la gesta emancipadora
La presencia de la Virgen del Carmen en los hitos decisivos de nuestra historia, no se limita a los tiempos de la independencia de América, si no que han continuado a lo largo del tiempo y se mantiene hasta al actualidad.
Un acontecimiento esencial, fue el trágico terremoto que redujo a ruinas a Mendoza la noche del 20 de marzo de 1861. Este cataclismo terminó con la vida de las dos terceras partes de la población y fue tan significativa la destrucción, que determinó la refundación de la ciudad.
El templo donde estaba apostada la Virgen del Carmen quedó reducido a escombros, sin embargo, su imagen salió totalmente indemne de la destrucción al igual que el bastón de mando y la carta autógrafa.
Este hecho, constituyó a afianzar la devoción a la Virgen del Carmen, que guió el proceso de reedificación de la ciudad, ya que el primer templo de la denominada «Ciudad Nueva» fue dedicado a la misma.
El estrecho vínculo con la historia de América, sumado a las gracias comunitarias e individuales obtenidas por la poderosa intercesión de la Patrona y Generala, condujeron al papa Pío X a decretar la Coronación Pontificia de la imagen «histórica» en el año 1911, en el contexto del «Centenario Argentino», lo que determinó que la Virgen del Carmen, ataviada con el bastón de mando, el Escapulario y las banderas de Chile y Argentina, pasara a ser conocida como «Virgen del Carmen de Cuyo». Algunos años más tardes se incluyó la bandera de Perú.
También es conveniente recordar que en septiembre de 1944 la Virgen del Carmen de Cuyo fue constituida como Genrala del Ejército Argentino.
Este breve repaso permite afirmar sobre bases probadas, que la Virgen ha marcado más de tres siglos de la historia americana, nacional y provincial, formando parte inmanente de la cultura de nuestras comunidades.

Fuente: Revista «Generala» de la Cofradía Virgen del Carmen de Cuyo, año 2, diciembre 2024 – número 07