13 de enero: Día Mundial de la Lucha contra la Depresión – y los estigmas –

El 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, una fecha que invita a reflexionar sobre una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Sin embargo, pese a su impacto, la depresión sigue siendo incomprendida, minimizada y, en muchos casos, rodeada de estigmas.
La depresión no es una simple tristeza ni algo que las personas puedan «elegir superar». Es una enfermedad compleja, con raíces biológicas, psicológicas y sociales. No discrimina edad, género ni condición socioeconómica, y puede manifestarse de formas diversas: desde un agotamiento constante hasta una sensación de vacío abrumadora. Decirle a alguien que «todo está en su cabeza» o que «si quiere, puede superarlo» no solo es falso, sino que invalida su experiencia y dificulta que busque ayuda.
Desde Argentina

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, la coordinadora del Programa Neurociencia del Bienestar en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital de Clínicas, Sandra Germani, hizo un llamado a la reflexión y aseguró que se debe “romper el estigma” a la hora de hablar de este tipo de trastornos.
Germani afirmó: “Antes de la pandemia, ya la depresión y los trastornos de las emociones en el mundo eran prevalentes. Eran muy frecuentes. Uno en el consultorio veía este tipo de trastorno del ánimo. Pospandemia, esto se agravó en todo el mundo”.
Tras esta aclaración, señaló algunos de los motivos subyacentes: “Y mucho tiene que ver con algunas cuestiones del estilo de vida, de la sobrecarga, de quitarle tiempo a hacerle cosas que nos gustan. Para explicarlo fácil, uno para sostener algo tiene que estar de pie. Si vivo haciendo cosas, pero no me genero esa reserva, quiebro”.
Esto genera una “crisis del ánimo, irritabilidad, bronca, frustración, falta de ganas”. “Ahí se empieza a hacer cadena con un montón de cosas, como trastornos físicos y cognitivos”, advirtió la especialista.
Por eso, dijo, es importante poner la lupa en todos los aspectos que hacen a la salud metal: “Cuando vos ves que las cosas de lo cotidiano como levantarte, reparte y salir –emprender las tareas de la vida cotidiana– empieza a parecer pesado; cuando hay cierto repliegue social; cuando hay pérdida de atención; ahí es momento de empezar a hacer algo”.
Tras lo que, rápidamente, hizo hincapié: “Tenemos que decir que la depresión es un trastorno que se trata. Tiene tratamiento farmacológico y no farmacológico. Hay mucho estima respecto a la salud mental. Esto nos puede pasar a todos, porque todos tenemos salud mental y tenemos que cuidarla”.
“Hay que romper con el estigma de la salud metal. Para prevenir, siempre hay que garantizarse esta reserva interna: dormir bien, tener espacios para mí, moverme, alimentarme bien y activar lo social”, concluyó, finalmente.
Lo que dice la OMS

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de un trastorno mental frecuente, que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. A su vez, es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
Según la OMS, la depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.
Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede incluso llevar al suicidio, siendo la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
Respecto a la sintomatología, la depresión se caracteriza por presentar un descenso marcado en el estado de ánimo, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica. Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.
Hay diversos factores que contribuyen a la aparición de este trastorno.
La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Por lo tanto, quienes hayan pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, traumatismos psicológicos u otras causas) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada. Existe además una relación entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.
Para prevenir la depresión, la OMS recomienda programas que apunten a su reducción.

Entre las estrategias comunitarias eficaces para lograrlo, se mencionan los programas que promueven un modelo de pensamiento positivo, mantener un estilo de vida saludable y contacto social. Además, según su clasificación y teniendo en cuenta el criterio profesional, se podrán llevar a cabo tratamientos combinados entre terapias psicológicas y/o tratamientos con psicofármacos. Asimismo, debe considerarse la eficacia de los tratamientos psicosociales y la necesidad de apoyos en el acompañamiento durante el tratamiento, para garantizar la integralidad del mismo.
Consideramos de relevancia hablar de la depresión como parte fundamental para iniciar el tratamiento.
La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda. Hablar de la depresión, ya sea con un familiar, amigo o profesional de la salud, o en contextos más amplios (como la escuela, el lugar de trabajo y los entornos sociales) así como también en el ámbito público (medios de comunicación, redes sociales, etc.), ayuda a eliminar dicha estigmatización, contribuyendo a que las personas afectadas inicien un tratamiento adecuado.