Del primer día del año siempre me ha gustado ver las noticias y conocer o saber quién fue el primer bebé del año, y hoy no fue la excepción.
Primero conocí al primer bebé de Mendoza, se llama Aarón, nació en Maipú a las 0:00 según la crónica. Y es raro porque en Tucumán dicen las noticias que también a 24:00 en punto nació Diego Salvador, el primer bebé de Argentina.
Más allá de quién de los bebés nació primero me gustaron y llamaron la atención sus nombres, por lo general me decepcionan, pero no es el caso de este año. Los nombres elegidos son fuertes, con historia y personalidad.
Aarón ayudó a guiar a todo un pueblo hacia su libertad. Diego habla por si solo en nuestro país, es la bandera de toda una generación que conoció al Diego jugador y sus hazañas futbolísticas, como así también sus traspiés personales y aún así lo seguirán queriendo por el resto de sus vidas. Y, por último, Salvador: probablemente tenga que ver con Bilardo, o simplemente con la idea que después de un difícil y complicado año que pasó necesitemos un Salvador. Claro que sería figurativamente porque en un mundo, país y provincia convulsionados hace falta un ejército de salvadores, que sepan guiarnos y tengan el carisma ideal para seguirlos donde sea, como varios Diegos en sus buenos tiempos…
Ojalá este año 2021 obtengamos la sabiduría de reconocer a buenos líderes, hombres y mujeres que sepan guiarnos con sus ejemplos, esperanzas y deseos… y ojo, que esos líderes podemos ser cualquiera de nosotros!
