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Tentarlo, desearlo, esperarlo…

Ahí estábamos una vez más, en ese juego de seducción que solo nosotros entendíamos, que nos volvía locos del deseo… Le mandaba una que otra foto, mostrando partes de mi cuerpo y el deseo que él me provocaba…

Como me gusta sentir aquello: tentarlo… contarle con detalles que me gustaría hacerle y que me haga. Y así seguimos… mostrándole mi cola… mis tetas. Y el deseo crecía… ¡Cómo deseaba y quería tenerlo adentro mí!

Se hizo de noche… lo esperaba con la esperanza de que llegara y me hiciera el amor… de pronto tocaron el portero. Sabía que era él… quién más tocaría… Sólo él me visitaba… y ahí estaba.

Solo basto un saludo para que empezara a tocarme… me besó… Me besó con pasión. ¡Cómo me gusta esa boca! Me apoyó contra la pared, me tocaba… no dejaba de hacerlo… No quería que dejara de hacerlo.

Que metiera su mano debajo de mi pantalón. Que me tocara entre las piernas. No sé en qué momento ya me tenía acostada sobre la mesa. Me había sacado el pantalón. La ropa interior que llevaba puesta. Y comenzó a pasar su lengua justo ahí. Y que bien lo hacía. Me encantaba (y me encanta)… su lengua jugaba justo en esa parte de mi cuerpo, sentía mi gusto, como a mí me gustaba (y me gusta) sentir el suyo.

Pero ya no aguantaba más, quería tenerlo adentro. Le pedí que lo hiciera. Y empezó… y seguía, seguía. Rápido…lento…fuerte…. Y más… ¡Qué placer!

Sentir que estaba bien adentro… que me mirara… que rico como me cogía…. ¿Tanto podíamos desearnos? No dejábamos de hacerlo. De espalda, en cuatro. Sentía que iba a volverme loca. Calor…calor, sentía mucho calor. Quería más, que no parara.

Pero quería tenerlo en mi boca…y así lo hice… la metí toda en mi boca. Lo más adentro que podía. Pasarle la lengua me encantaba… subir, bajar, apretarla con mis labios. Sentir su sabor… su gusto…

Me pidió que me sentara encima de él. Abrí mis piernas, una de cada lado. Y deje que entrara, sentía como mi cuerpo se abría para dejarlo pasar bien adentro. Comencé a mover mi cintura como a él le gustaba. Mientras jugaba con mis tetas y pezones, los apretaba, los agarraba con sus dientes. Me hacía gemir.

Empecé a sentir esa sensación… ese cosquilleo que me hacía temblar las piernas… Y me tenía. Me tenía suya. Solo para él. Adoraba que hiciera de mi cuerpo lo que quisiera, como quisiera. Y así acabamos. Los dos en la cama, jugando a lo mejor que nos salía… eso que tanto nos gustaba… hacernos el amor, con la pasión que nos identificaba….

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