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Muñeco maldito

El viaje de autoconocimiento de Nicolás es un cliché… porque en realidad está en la búsqueda de un muñeco embrujado por una tribu mapuche. Un muñeco que el mismo Nicolás hizo, sin malas intenciones, pero cayó en manos equivocadas y ahora debe resolver el problema.

Todo comenzó cuando Nicolás fue al sur del país de vacaciones, fue como mochilero. El viaje iba perfectamente bien, realizando el  itinerario que se había propuesto antes de salir y había discutido con su novia.

Pero una fuerte tormenta en medio del bosque de Arrayanes, mejor dicho Parque Nacional Arrayanes, lo había aislado por bastante tiempo y al mejor estilo de la película El Náufrago, mientras esperaba que lo rescataran, realizó un muñeco con ramas, piñas y demás cosas que encontraba. El muñeco media unos 30 centímetros de alto, el cuerpo era una piña, los brazos ramas de pinos, los pies pequeñas hojas,  y lo que más llamaba la atención eran los ojos grandes formados por piedras de color blanco.

Nicolás se divirtió bastante inventando historias con el muñeco, el muñeco maldito le había puesto y supuestamente asustaba y mataba a turistas mochileros que andaban por el bosque.

Cuando vinieron a rescatarlo dejó al muñeco tirado por ahí, ya no lo necesitaba para su siguiente parada camino hacia el sur. Y allí entre árboles, grandes piedras y pequeños animalitos el muñeco  quedó solo a la buena de Dios.

Una mujer de una tribu mapuche que buscaba agua por la zona lo encontró unos días después y lo llevó con ella, algo le había llamado la atención. Se lo entregó al cacique del lugar, este le restó importancia, se lo dio al brujo por si le servía de algo y este pensó que le serviría para experimentar con nuevos hechizos.

Unos días después Nicolás se encontraba en un hostel y comenzó a escuchar historias raras sobre turistas muertos por un muñeco embrujado, al principio no creyó nada, pero cuando le mostraron una imagen del muñeco se alarmó, asustó y quiso gritar lo más que podía, pero no le salía la voz… Sólo pudo salir corriendo a tomar un poco de aire y tratar de pensar…

Sin duda ese muñeco era el qué había hecho, con el cual había inventado historias de turistas asesinados… pero ¿cómo podría haberse convertido en realidad?, era inexplicable… aun así se sentía responsable y sólo quería volver al bosque para ayudar a encontrarlo y desaparecerlo.

Emprendió nuevamente el viaje hacia el bosque, en el camino encontró una pequeña cabaña, él se sentía un poco cansado, llamó a la puerta para ver si podía descansar y comer algo allí. Un hombre joven le abrió la puerta, se presentó como Frank, era profesor de historia de Chile que se encontraba investigando sobre la cultura mapuche del lugar.

Ambos tuvieron buena onda desde el inicio, comieron y charlaron juntos. En un momento Nicolás le confesó qué lo llevaba hasta allí. Frank fue muy sincero con él y le dijo los peligros que podía encontrar, si un brujo mapuche había hecho eso con su muñeco no había mucho que hacer para remediarlo. Sin embargo Nicolás pensaba que si.

Frank le habló de dos mujeres mapuches que lo podrían ayudar, Nicolás le agradeció y continuó su camino. Halló a las mujeres donde Frank le había mencionado y los tres juntos se adentraron en el bosque en la búsqueda del muñeco embrujado.

En un campamento de turistas ingleses vieron al muñeco escondido, agazapado, esperando el momento oportuno para atacar… ellos también se preparaban para atacarlo y evitar más muertes… 

Ambas mujeres lo rodearon con sogas para evitar que se moviera y Nicolás saltó sobre él para quitarle las piedras que hacían de ojos, aunque ahora eran rojas y no blancas… al tomar las piedras los ojos de Nicolás también se volvieron rojos y comenzó a gritar y a correr por todo el bosque alarmando a todo el mundo.

Las mujeres corrían detrás de él hasta que lo vieron caer al río y no lo pudieron detener… el río se lo llevaba y Nicolás no podía hacer nada para evitarlo… sólo gritaba y  gritaba…

-Amor… despertá… tenés una pesadilla… ¿estás bien?

-Sí, ahora que te veo estoy mejor… Por cierto amor, tenés razón… no es buena idea que vaya solo al bosque de Arrayanes… voy a ir directamente al hostel.

-Siempre tengo la razón… y ya sé que quiero de regalo..

-Decime…

– Un muñeco mapuche… vi fotos y tienen unos ojos rojos divinos…

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