Agustín estaba enojado con sus papás, se quedó en un rincón de la casa con cara de pocos amigos y los brazos cruzados. Mamá intentó acercarse para conocer el motivo del enojo, pero no logró nada. Su papá creyó que lo mejor era dejarlo solo y ver qué hacía.
Al niño le encantaba ir a casa de su abuela y no entendían porque no quería ir a pasar Noche Buena con ella, ninguna amenaza de que no vendría Papá Noel lograba persuadirlo.
Al ratito de quedarse sólo el pequeño Agus se fue despacio al patio y se encerró en el cuarto de herramientas. Estuvo un rato allí y salió con mejor carita, miró a su mamá y le dijo: «Ahora sí, podemos irnos»…
Sin entender mucho los tres salieron en el auto, al principio el niño estuvo bien, de buen humor, pero poco a poco se iba poniendo más nervioso e inquieto. Hasta se puso a sollozar frente al pesebre.
Su abuela se le acercó y preguntó qué sucedía. Le contó su secreto, faltaba unos minutos para las doce de la noche, pero la abuela no lo dudó un segundo. Tomó a su nieto de las manos y les dijo a todos que debían ir a casa de Agustín y terminar la celebración allí, nadie entendía nada, pero ante la determinación de la abuela, tíos, primos, hermanos, la familia entera se dirigió a la otra casa.
El reloj daba exactamente las doce cuando entraron, todos se saludaron, mientras Agustín, su abuela y sus papás fueron al cuarto de herramientas y allí estaban… entraron justo cuando una hermosa gata blanca daba a luz a sus gatitos… la cara de felicidad del niño era increíble: «Papá Noel me trajo gatitos» dijo lleno de emoción…
Sus papás lo abrazaron y sonrieron juntos, «Perdón por no contarles, pero no quería que se enojaran, esta tarde creí que faltaba tiempo, pero luego sentí que el regalo vendría hoy, como el bebé Jesús «. No te preocupes hijo, vos sos nuestro regalo de Navidad todos los días » le dijo su mamá sin dejar de abrazarlo, mientras el papá lloraba de emoción por su pequeña familia que se agrandó de golpe…
Toda la familia se alegró con los gatitos y hasta se los repartieron para cuando pudieran llevárselos…
Agustín prometió no ocultar nunca más algo y sus papás acompañarlo más, y así pasaron una Navidad diferente, cuidando gatitos, que para el niño Papá Noel le había traído…
Fin
