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Biografía no autorizada de Carlos Monzón

Su vida podría enmarcarse dentro de la media de muchos boxeadores ya que la mayoría, por lo general tienen el mismo origen, y no es bueno o malo, sino un punto a destacar. Carlos Roque Monzón nació en el año 1942 en el seno de una familia humilde y numerosa del pueblo San Javier de Santa Fe, luego se trasladaron a capital para tratar de conseguir un mejor pasar económico.
De chico trabajó mucho, uno de sus trabajos más conocidos fue de lustrabotas, y por las tardes entrenaba boxeo en el club Unión de Santa Fe, a pesar de ser hincha de Colón. Sus primeros años y peleas fueron allí, así también como su primer amor. En el club comenzó a ser entrenado por Amílcar Brusa, uno de los más reconocidos entrenadores, y de a poco con peleas amateur en Santa Fe se fue haciendo conocido para llegar a ser boxeador profesional, lo cual consiguió en 1963 derrotando por nocaut a Ramón Montenegro.
En el año 1966 fue campeón de peso mediano de Santa Fe, lo que le abrió las puertas para comenzar a tener peleas en el mítico Luna Park. Ante sus buenas actuaciones, logrando coronarse campeón sudamericano, Tito Lecture, mánager del estadio, comenzó a organizar peleas internacionales para llegar al título mundial.
Fue en Italia, en 1970, donde obtiene el ansiado título ante Nino Benvenuti. Desde entonces hasta el año 1977, que decide retirarse, realizó 14 defensas de su cinturón de campeón, terminando su carrera profesional como campeón invicto. A muchos les sorprendió este retiro repentino, cuando podría haber continuado, pero a muchos otros no…
No sorprendió a esos muchos porque Monzón ya no era el mismo: ya no quería sacrificarse en los entrenamientos en pos de un mejor rendimiento en el ring, el dinero, la fama, el alcohol y, tal vez ya en ese momento la droga habían hecho mella en su vida. Sumado a todo esto que ya se conocía de algún modo que ejercía violencia física a sus parejas. Una de ellas, la más famosa fue Susana Giménez, que sin denunciarlo dijo mucho ante las ausencias en sus peleas y sus visibles moretones.
Ellos se habían conocido en la filmación de la película “La Mary” en 1974, se enamoraron a primera vista y la pasión, según cuentan, continuaba aún con las cámaras encendidas. Este romance se dio en paralelo con el matrimonio del propio Monzón, lo cual terminó en escándalo total… y así comenzó el fin de su carrera profesional…
Con el paso del tiempo Monzón vivió se fama, siempre rodeado el jet set argentino e internacional, abusando del alcohol y otras hierbas… Hacia 1981 comenzó un romance con Alicia Muniz, más conocida como Muñíz. Ella era una mujer muy bella uruguaya, fue modelo, bailarina, actriz y vedette. Su relación tenía idas y vueltas constantes, Alicia tuvo un hijo con él (quien ya tenía cuatro hijos de sus primeros matrimonios) y se separaron al poco tiempo.
En el año 1988 ocurre lo que podríamos decir fue el primer femicidio o muerte violenta de una mujer en manos de un hombre tan mediático y reconocido como Monzón. El hecho ocurrió en la madrugada del 14 de febrero de 1988 en la ciudad de Mar del Plata, Alicia Muñíz y el ex boxeador pasaron el día juntos, ella iba a buscar a su hijo y reclamar el dinero adeudado de la manutención, y terminaron yendo juntos a una fiesta. Al regresar a la casa, ambos borrachos, discutieron y él la golpeó salvajemente e intentó asfixiarla, al creerla ya muerta la tiró por el balcón de la habitación, tirándose también él para simular un accidente.
Monzón fue juzgado y declarado culpable de homicidio simple siendo condenado a 11 años de prisión. Pasó por varias cárceles hasta que finalmente quedó alojado en la cárcel de Las Flores en Santa Fe. Terminando ya su condena, durante una de las salidas transitorias, tuvo un importante accidente automovilístico que lo dejó sin vida instantáneamente.
A pesar de del aberrante homicidio a su ex mujer y la reconocida violencia que ejercía a sus parejas a Carlos Monzón muchos continúan considerándolo un ídolo, ha seguido teniendo reconocimientos y hasta estatuas reconociéndolo como boxeador, pero gracias grupos de mujeres que luchan contra la violencia se han podido quitar estatuas y algunos homenajes que ya no corresponden.
Carlos Monzón podría haber elegido otro camino, tal vez ayuda psicológica antes y después de su carrera boxística, pero prefirió el camino más fácil, o no tuvo elección. Lo cierto es que todo lo bueno que hizo dentro del ring no lo reflejó en su vida y como muchos otros ídolos deportivos terminó siendo una decepción cuando podría haber sido un gran ejemplo para muchos chicos.

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