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Bentogate: idas y vueltas para formar el tribunal que juzgará al juez

El juicio a Walter Bento, magistrado a cargo del Juzgado Federal N° 1 en Mendoza, por el que enfrentará la acusación en relación a diversos delitos de corrupción volverá a tener cambios. Los jueces Pablo Salinas y Héctor Fabián Cortés se habían inhibido de participar en el proceso judicial por diversos motivos. Finalmente la Cámara Federal de Casación Penal aceptó sus pedidos.


En consecuencia, el camarista sanjuanino Daniel Doffo, es el único magistrado que sigue “en firme” e integrar el tribunal.

Mientras se fueron desarrollando las etapas previas al juicio, tanto Salinas como Cortés fueron parte. Y todos los actos realizados no serán cuestionados. Ahora, la Cámara Federal de Casación Penal deberá designar a dos nuevos integrantes, algo que sucedería a la brevedad.


Según indicaron fuentes judiciales a Los Andes, días atrás, el juicio está en condiciones de iniciarse el año próximo, entre marzo y abril, es decir después de la Vendimia. Hay distintas etapas a desarrollar. La primera tiene que ver con la producción de pruebas que ofrezcan las partes. Por el lado de la Fiscalía estará María Gloria André y Dante Vega, Fiscal General Federal. Luego se abre el período de admisibilidad para pasar, después, a la fecha para el inicio del debate.

DENUNCIAS Y ENEMISTAD, LOS MOTIVOS

Pablo Salinas había argumentado el pedido de inhibición en el artículo 55 inc. 8 y 9 del Código Procesal Penal de la Nación en razón de “haber sido denunciante del Dr. Walter Ricardo Bento en diversas actuaciones de la justicia federal de Mendoza a partir del año 2005″. Estos hechos sucedieron cuando se desempeñaba como abogado querellante y representante de organismos de derechos humanos en los juicios por delitos de lesa humanidad.

Mientras que Héctor Cortés manifestó encontrarse comprendido en las causales previstas en el art. 54 (inc. 11) de la misma normativa.  Según explicó, tenía una amistad íntima con Bento y su cónyuge, dadas por cuestiones relativas a la salud de sus hijos y también por haber sido compañeros de posgrado.

Sin embargo, todo se transformó en enemistad allá por el año 2000 cuando ambos concursaron para ser juez, algo que se profundizó a partir del año 2001 y más allá del 2004 cuando Cortés asumió como integrante del Tribunal Oral Federal en lo Criminal N°2 de Mendoza.


Si bien explicó que esas circunstancias de enemistad han sido superadas, teniendo actualmente “un trato cordial y respetuoso, la relación no volvió a ser igual, y, por tanto, no se encuentra en una situación en que pueda actuar con imparcialidad y objetividad” para el juzgamiento de Marta Boiza y Walter Bento.

Gemignani, uno de los vocales, resaltó que “en sendos casos, además, han fundado su inhibición en causales expresamente previstas”. Y ponderó que en el caso del juez Salinas “se ha acreditado fehacientemente que fue denunciante del imputado más allá del tiempo transcurrido y el carácter en el que se fundó”.

Para la situación de Cortés, el magistrado que argumentó en forma más extensa su decisión, valoró el análisis del juez que pidió inhibirse “evidenciando una verdadera conmoción interna -que fue tanto una estrecha amistad como fuerte enemistad- al momento de enfrentar el juzgamiento de los hechos traídos a estudio”.

“De tal suerte, los argumentos brindados por ambos, incluso cotejados con los colegas a los cuales sí se les acepó la inhibición, resultan de una entidad tal que amerita excusarlos de continuar interviniendo en los presentes actuados”, manifestó en el escrito.

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