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Via Crucis, camino de la cruz… Mi Vía Crucis, Tu Vía Crucis

Semana Santa es la Semana Mayor para los católicos, es cuando actualizamos el más grande suceso de la historia de los hombres: Cristo, entregando su vida, nos salvó, y no tan solo para la vida eterna, sino para que también nuestra experiencia tenga la fuerza que le otorga el sabernos amados en semejante manera.

En este Viernes Santo revivimos la muerte en la cruz de Jesús y todo su camino hacia ella, el Vía Crucis. Un Via Crucis y una cruz que de alguna u otra manera todos llevamos y es dolorosa, tanto o más que la carga Cristo cada vez que lo recordamos, pero al fin y al cabo es una cruz cuyo peso podemos soportar y sobrellevar, a veces solos, muchas veces con ayuda, porque Dios jamás nos va entregar una cruz que no podamos soportar, sino una cruz que nos ayude a crecer y amar para vivir plenamente.

Mi propuesta para este Viernes Santo es que cada uno haga su propio Via Crucis, su propio camino hacia la cruz, acompañando a Jesús y, sobre todo, acompañándonos entre nosotros mismos para que la carga no sea tan pesada y para que podamos morir en ella y resucitar en hombres y mujeres nuevos, ¿se animan? ¿me acompañan?…

(Cada uno puede titular para si mismo la estación cómo lo sientan y lo deseen)

1° Estación: Condena

Aquí Jesús es condenado injustamente a muerte y Él lo soporta, soporta esa injusticia por nosotros. Aprendamos a tolerar aquellas pequeñas injusticias diarias, las ingratitudes, las antipatías por amor Cristo y a nuestros hermanos. También aprendamos a no realizarlas, enseñemos y digamos no al bullying que les hace tan mal a los niños y adolescentes en las escuelas.

2°Estación: Cargar la Cruz

Jesús abraza la Cruz y la carga, se pone en marcha hacia su destino, no lo rechaza. Carguemos nuestra Cruz, no la rechacemos, debemos reconocerla, cargarla, no tenerle miedo para reconocer qué debemos cambiar o aprender y, de esa manera, hacer más llevadero su peso, más liviana la carga y la pena.

3° Estación: Primera caída

Las caídas son terribles, lastiman a Jesús, imaginen sino nos lastiman a nosotros. Jesús cae para enseñarnos a levantarnos. Ser santos, buenas personas o fuertes no quiere  decir que no caigamos, sino que debemos levantarnos.

4° Estación: El Encuentro

Jesús se encuentra con su madre, esa madre que tanto amor le dio, que tanto dolor siente y sin embargo está allí acompañándolo, incondicionalmente. Una madre fuerte, una madre amada, una madre que entrega a su Hijo a semejante flagelo, una madre para admirar, una madre a la cual podemos recurrir, una madre que es ejemplo, una madre…

5° Estación: El Cirineo

¿Cuál es nuestro rol de cristianos? Nos lo enseña el Cirineo, llevar la cruz de Jesús, llevar la cruz propia, llevar la cruz de nuestros hermanos. Ser consoladores de Cristo, aceptando nuestros pesares, luchando contra el pecado, haciendo apostolado y sirviendo a nuestros hermanos.

6° Estación: Verdadera Imagen

La Verónica limpia el rostro de Jesús y su imagen queda grabada en aquel lienzo. En cada comunión nos asimilamos a Cristo, nos alimentamos de Él, por lo que nuestra vida debería hacernos sentir un poco más como Él. Acercarnos a quienes más nos necesitan, principalmente si son de la familia, amigos, porque Jesús siempre estuvo para sus seres más cercanos también, además de los más necesitados.

7° Estación: Segunda caída

Hay dos maneras de caer: escaleras arriba y escaleras abajo. Si caemos para abajo nos hacemos mucho daño, la desesperación nos lleva a cometer muchos errores. Pidámosle a Jesús que nos enseñe a  caer escaleras arriba, es decir,  levantarnos siempre y a ayudar a levantarse a nuestros hermanos.

8° Estación: El consuelo

Jesús consuela a un grupo de mujeres y, a la vez, las regaña por no apenarse por el pecado y los errores cometidos. No nos conformemos con lo menos malo o con lo malo, no vivamos a medias, evitemos ser conformistas, no elijamos el camino menos peor. Es momento de escoger el camino correcto aunque sea el más difícil, aunque nos sintamos solos, aunque en un principio no nos acompañen, porque sabemos que al final llegaremos a destino, el destino que queremos.

9° Estación: Tercera caída

¿De dónde saca fuerzas Jesús para levantarse una y otra vez en Vía Crucis de nuestra vida? De vos, de mí, de tu hermano, de tu amigo, de todos nosotros. Él ve el esfuerzo a diario que hacemos para levantarnos, para caminar aunque sea con un bastón, para ayudar a quien lo necesita, para amar a nuestro prójimo y para abrazar y sobrellevar la cruz que el mismo Dios nos entregó. Jesús recibe fuerzas en el eterno presente del Vía Crucis de nosotros mismos, de nuestro esfuerzo, por eso el Padre nos espera con los brazos abiertos, cómo sus hijos pródigos.

10° Estación: Despojado

El momento en que Jesús es despojado de sus vestiduras tal vez sea el de mayor vergüenza y deshonor. Sentirnos desnudos, llenos de culpa, remordimiento y pecado, como les pasó a Adán y Eva al ser expulsados del Paraíso, estar desnudos nos deja al descubierto. Si estuviéramos limpios no nos importaría, no nos afectaría. Ojalá aprendamos a mostrarnos tal cual somos, sin ocultar lo que no nos gusta o molesta de nosotros mismos.

11° Estación: Clavado en la cruz

Las llagas producidas por los clavos en la cruz son los signos de nuestra salvación, no se borrarán al ser resucitado, no desaparecerán, todo lo contrario siempre estarán presentes tanto en el cirio Pascual como en nuestras vidas para recordarnos tanto amor y una alianza que no se debiera romper jamás.

12° Estación: Muerte

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” En verdad no creo que nos haya abandonado, en verdad Él estuvo presente en todo momento, Él nos sostuvo a nosotros y a nuestra cruz, ¿acaso no nos sentimos amados y queridos en nuestras vidas? ¿nunca sentimos el abrazo fraterno, la mano tendida para ayudarnos?

13° Estación: Las manos

La madre recibe el cuerpo de su hijo, en sus manos María tiene a aquel hijo de todas las madres que sufren por sus propios hijos, por el dolor de ellos y que no pueden evitar, pero por los que sacan fuerzas y coraje para ayudarlos y darles cuantas oportunidades necesiten y encaminarlos en la vida.

14° Estación: Sepulcro

Dios ha muerto, Dios ha sido asesinado, Dios ha sido enterrado… Que nosotros sepamos morir para resucitar.

Espero que cada uno haya podido hacer su propio Vía Crucis, su propio camino de la cruz, la última estación la dejamos para mañana, tomémonos el tiempo necesario para asimilar el camino que realizamos y prepararnos para luz.

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