
Estaba parada en la misma esquina de siempre, allí donde tantas veces jugamos de chicos, allí donde nos hacíamos los grandes, allí donde de grandes hacemos cosas de chicos…
Al lado mío estás vos, con una flor en una mano y mirando el reloj con la otra, no se te podía hacer tarde, otra te esperaba…
Y yo también esperaba, a que otro me rescatara, a que otro me mirara… pero sólo estabas vos con tu flor en la mano y mil deseos de noches frías bajo el calor de las sábanas….
Entre dientes te oí murmurar que te diera más tiempo, que te esperara más, sólo tomé la flor, te miré los labios con ganas de besarte, abrazarte y que me hicieras tuya en esa esquina tan nuestra….
Cuántas veces lo soñé, cuántas veces fue realidad… y ésta noche nos cuesta a los dos ni siquiera poder tocarnos y sentirnos cómo tantas veces antes…

Podemos hacer esto toda la vida, podemos mentirnos mutuamente y decir que nos hace bien la mentira… pero con sólo cruzar la calle el dolor nos envuelve y no hay esperanzas…
Nos escondemos de la realidad para vivir nuestra pasión, como si fuera eterna, y cuando vemos llegar la realidad venir volvemos a caer a un pozo sin fin….
Estaba parada en la misma esquina, con tu flor en la mano, con mil ganas de tirarla al vacío de mi alma, al vacío que me deja tu partida, al vacío de no verte por no sé cuánto tiempo… al vacío de mi soledad….
Temblando como una hoja crucé y corrí para alcanzarte, estaba decidida a un último beso, necesitaba un último encuentro…
Quería revivir el fuego y la pasión una última vez, porque no soportaría más distancia entre los dos… de pronto paraste, te vi desde un árbol, los vi desde un árbol….
Después de mucho tiempo sentí miedo, no sé si ella te esperaba o si vos la esperabas…. Sólo sé que se fueron juntos y mi mundo se terminó por completo….
A veces vuelvo a la misma esquina, pero ya no siento la misma pasión ni deseo con nadie, sólo juego a que cualquiera sos vos, pero únicamente en sueños revivo el mismo fuego de nuestro amor…

