Sobreviviendo a los políticos, a la inflación, a sueldos indignantes, a una pandemia y a una realidad que sos lleva por delante
Sueldos atrasados desde hace décadas, sin políticas de estado desde siempre prácticamente, tratando sólo urgente en vez de lo importante, queriendo quedar bien con Dios y con el diablo: hace que ahora la olla a presión no pueda más y todo vuele por el aire.
La pandemia y la inflación complican aún más las cosas, porque cuesta todo mucho más, porque se perdieron trabajos y fuentes de trabajo, porque los sueldos no alcanzan, porque la salud nos duele; pero más allá de las dificultades todos necesitamos vivir, tener sueldos dignos y ser respetados por el trabajo que realizamos.
No es política de estado subir los sueldos por decreto, no es política tener empleados en negro o dar aumento por ítems no remunerables, no es política si quiera negociar salarios a las apuradas, sin tener en cuenta todo el contexto y tratando de mantener las apariencias. Tampoco es justo para los trabajadores estatales ser el último orejón del tarro y quedarse con la miseria o las últimas monedas del presupuesto.
Claro que es prudente no aumentar más de lo que se puede pagar, pero es injusto ver que hay gremios que han conseguido aumentos correctos del 40% en adelante y hasta sin cuotas y los empleados estatales lleguen a penas a un 20% y en cuotas.
El equilibrio es muy complicado de conseguir, no se le puede pedir tiempo a los empleados para arreglar las cuentas porque no lo hay, la rueda sigue girando y no se puede detener; sobre todo la vida sigue costando, la inflación continua subiendo y duele llegar a fin de mes.
Y no debería ser así, no debería doler el vivir día a día, no debería costar lágrimas llegar a pagar lo justo y necesario para sobrevivir. No sé si hora de luchar o pelear, pero si es hora de plantarse y exigir por sueldos dignos, justos y todo lo que sea necesario para poder vivir cómodamente como nos merecemos todos los trabajadores.
También es hora de trabajar todos por mejores lugares de trabajo y porque de una vez por todas haya una sola política de estado en educación, salud, seguridad y todos los aspectos importantes que nos permitan generar confianza y futuro, no se puede atar todo siempre con alambre y vivir de la generosidad de nación, de préstamos o créditos.
Muchos dicen que Mendoza puede mantenerse sola, muchos políticos hablaron abiertamente del Mendoexit, pero viendo la realidad de hoy y la pelea por un aumento acorde aunque sea a la inflación, la verdad es un mal chiste. Y de burlas como esas ya tenemos bastantes.
No sé si podrá conseguir para este año todo lo que se merecen los trabajadores estatales, principalmente los de salud y educación, pero ojalá nos acerquemos un poco más a lo justo, a una provincia en serio. Es decir generar trabajo y políticas que nos permitan a todos vivir mejor y pagar impuestos acordes para que la rueda no pare y siga girando.
Claro que también para todo eso hace falta que los políticos trabajen en serio por el bien común, no por la foto, hace falta dejar a tras egos y flaquezas, hace falta estar más cerca de las personas que la pelean día a día por un plato de comida. Hacen falta tantas cosas que no tenemos idea, podríamos estar peor, pero también mejor si tan sólo hiciéramos lo correcto, ni más ni menos que eso, predicar con el ejemplo y hacer lo que tenemos que hacer.
Dentro de poco volvemos a votar y elegir representantes legislativos, sería bueno e importante darnos el tiempo de ver quiénes son cada uno de los candidatos, para tomar una buena decisión a la hora de emitir nuestro voto, que aunque parezca poco e inútil es la única herramienta que tenemos para elegir el camino que seguirá la provincia y el país.
No es ningún consuelo escribir esta nota de opinión, mucho menos leerla, pero al menos nos desahogamos un poco, ahora a respirar profundo y trabajar o colaborar por un futuro mejor!
