Navidad, blanca Navidad… no eso no es para acá… Navidad, calurosa Navidad; tiene más sentido…
Navidad proviene del latín nativitatis, que significa nacimiento y hace referencia a la llegada del niño Jesús…
Nativitatis es un verdadero cumpleaños para todos, donde juntos festejamos en familia una de las fechas favoritas para todos, una doble fecha favorita, porque si bien el 25 de diciembre es Navidad, desde el 24 estamos festejando y preparando todo para una doble jornada muy especial.
Seamos religiosos o no, es una fecha inamovible del calendario y muchos nos preparamos para vivirla de la mejor manera posible, tanto espiritualmente como “másticamente”, la verdad que la cantidad de comida y bebida que preparamos es una barbaridad, pero nunca será suficiente para poder tener una alegría en tiempos difíciles o simplemente compartir un hermoso momento en familia.
Tal vez los niños son los que más la disfrutan, preparando el árbol de navidad, escribiéndoles la cartita a Papá Noel y esperando ansiosos los regalos. Y la verdad que los grandes también, el momento del brindis es cuasi mágico, donde la emoción y la alegría se entremezclan y es cuando muchos jóvenes se olvidan de la familia para salir al encuentro de los amigos para bailar y disfrutar de una gran noche.
Para mí lo más importante de la Navidad es que todos podamos disfrutar, primero del camino para llegar a esta fecha y después del encuentro familiar que se produce, guardar en el corazón la cena con miles de anécdotas de otras navidades, de risas y carcajadas por las tonteras que decimos, preparar la mesa para el brindis y abrir el alma a ese abrazo que tanto necesitamos. Por último los regalos, más brindis, más amigos… darnos el espacio de disfrutar es importante…
El momento de preocupaciones, lamentaciones y de estar solos puede esperar, vivamos la magia de la Navidad juntos, con una sonrisa no sólo en los labios, sino también en el alma.
¡Feliz Navidad!
