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La muerte de Thiago: injusta y desgarradora

Este viernes por la noche, tras estar internado durante un día con muerte cerebral, los familiares de Thiago confirmaron la muerte del nene de 7 años. Con una foto del pequeño en su club de fútbol y un desgarrador mensaje, Fabián Correa despidió públicamente a su hijo , quien falleció tras ser alcanzado por una bala en un tiroteo en La Matanza. “Estoy roto. Te amo y te voy a amar por siempre, hijito mío. Ahora sos mi angelito”, escribió en Instagram.

El trágico hecho ocurrió el miércoles por la noche, cerca de las 22:30, cuando padre e hijo esperaban el colectivo en la esquina de Crovara y Madrid, para dirigirse a la casa de la madre del niño. Ese día, Thiago había asistido a clases, luego entrenado en Defensores Unidos de La Tablada —el club donde jugaba al fútbol—, y comido con su papá.

Sin embargo, mientras aguardaban en la parada, un agente de civil de la Policía Federal fue abordado por cuatro delincuentes armados. El uniformado se identificó, extrajo su arma reglamentaria y comenzó a disparar. En medio del intercambio, Thiago fue herido en la cabeza.

El tremendo relato del papá de Thiago

Fabián relató cómo vivió esos segundos: “Escuché un estallido y pensé que era una moto. Después se oyeron más tiros. Cuando comprendí lo que pasaba, traté de tirarlo al piso, pero ya lo había alcanzado la bala”. El padre aseguró que el niño alcanzó a decirle “pá” antes de perder el conocimiento en sus brazos.

Un automovilista que pasaba por el lugar se detuvo al escuchar los gritos y trasladó de urgencia al menor al Hospital de Niños de San Justo. Allí fue internado con asistencia mecánica y diagnóstico de muerte cerebral, que finalmente se confirmó el viernes por la noche.

Durante la espera, su papá había declarado ante los medios: “Siete años tenía, una vida entera por delante. No lo puedo creer, es una pesadilla”. También expresó que Thiago era un niño muy querido, sociable, afectuoso y lleno de vida.

La declaración del policía que efectuó los disparos

Horas antes del fallecimiento de Thiago, Facundo Aguilar Fajardo, el policía que baleó al menor mientras se resistía a un robo en La Matanza, dio su declaración.

El hecho ocurrió el miércoles 4 de junio cerca de las 23:20 en la intersección de las calles Crovara y Madrid, en Ciudad Evita. Aguilar Fajardo, quien lleva cinco meses como agente efectivo de la fuerza, relató ante la UFI Temática de Homicidios de La Matanza que se encontraba esperando el transporte público cuando cuatro hombres los abordaron con intenciones de robo.

Según informó Minuto Uno, el policía declaró: “Lo hice porque pensé que a mi mamá la mataban ahí mismo y no la iba a ver nunca más”, a modo de justificar su reacción ante el asalto.

Durante su declaración indagatoria, el oficial explicó que uno de los asaltantes lo amenazó apuntándole a la cara y exigiéndole sus pertenencias, mientras que su madre también era agredida y apuntada con un arma.

Aguilar Fajardo entregó su mochila y su teléfono celular, pero al observar que la agresión hacia su madre continuaba, temió por su vida y decidió intervenir. “Me apuntó a la cara y me dijo: ‘Dame todo o te mato’. A mi mamá la tironeaban del pelo y la apuntaban también. Yo no me resistí, les di mi mochila y el celular. Pero cuando vi que a mi vieja la seguían maltratando, pensé que la iban a matar”, relató el agente.

El policía aseguró que se identificó como miembro de la fuerza antes de efectuar varios disparos “estáticos”, es decir, que no persiguió a nadie, y que se detuvo cuando dejó de ver a los asaltantes.

Las cámaras de seguridad de la zona captaron el momento en que se produjo la balacera y la posterior huida de los asaltantes. Según la reconstrucción de los hechos, Aguilar Fajardo disparó al menos 11 veces en un lapso de nueve segundos, lo que resultó en la muerte inmediata de Brandon Corpus, de 18 años, y heridas a sus cómplices Uriel Montenovo, de 21 años, quien recibió un disparo en la pierna, y Uriel Leiva, que permanece en estado crítico tras recibir un balazo en el abdomen.

Aguilar Fajardo afirmó en su declaración que “entre los agresores y yo, no había nadie”, lo que indica que no advirtió la presencia de Thiago Correa, quien se encontraba sentado en los hombros de su padre a una cuadra del lugar donde comenzó el tiroteo, también esperando un colectivo.

El agente reconoció que la zona carecía de iluminación y que la calle estaba desierta debido a la hora y a la peligrosidad del área. Además, confirmó que disparó hasta que dejó de ver a los asaltantes, de los cuales uno logró escapar.

Las autoridades hallaron el arma utilizada por los delincuentes tirada en la vía pública y determinaron que se trataba de un arma de juguete, lo que descartó la posibilidad de que los asaltantes hubieran realizado el disparo que terminó con la vida de Thiago.

El oficial fue imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego con exceso en la legítima defensa, en concurso con lesiones gravísimas culposas y tentativa de homicidio”, cargos que corresponden a la muerte de uno de los asaltantes y las heridas causadas a los otros dos. Aún resta que la fiscalía sume los cargos relacionados con la muerte del niño.

Durante su testimonio, Aguilar Fajardo expresó al fiscal: “Lo que se aprende en la práctica de tiro no se compara con lo que se vive en una situación así. Esto fue en segundos, no hubo tiempo de pensar”.

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