


Los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa se sentaron hace instantes frente al estrado de los jueces que liderarán el juicio en su contra, que arrancó esta mañana en los Tribunales de Dolores y se extenderá hasta fin de enero.
Con barbijo colocado y vestidos con ropa informal, los jóvenes están fuertemente custodiados por personal del Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires.
En otro punto de la sala de audiencias se encuentran los padres de la víctima, que antes de ingresar a los Tribunales reclamaron «justicia» por la muerte de su hijo y aseguraron que «viven un calvario» desde aquél trágico suceso.
El juicio se desarrolla en la sala de audiencias de la Cámara de Apelaciones, la misma en la que casi 23 años atrás se realizó el debate oral por el crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas.