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Gil Pereg seguirá el juicio desde una sala contigua por gritar y maullar durante la audencia

Sin la presencia de Gil Pereg (40), comenzó el juicio por jurado que lo tiene como imputado por el asesinado de su madre, Pyrhia Sauroussy (63), y a su tía, Lily Pereg (54), ocurridos en enero del 2019, en Guaymallén.

Tal como se esperaba, la jueza técnica Laura Guajardo ordenó que Pereg fuera retirado de la sala, ya que ni bien ingresó comenzó a maullar como si fuera un gato.

“Si insiste en esa actitud lo voy a tener que desalojar de la sala” y, ni bien ingresaron los 12 jurados, le dijo: “Señor Gil Pereg, basta. Trasládenlo y que escuche el debate en otra sala”.

Minutos antes, Pereg había sido traído desde el hospital El Sauce, donde permanece detenido desde mayo de 2020 hasta el edificio del nuevo Polo Judicial Penal donde se realiza el juicio.

Cerca de las 7.50, el detenido -luciendo sus clásico atuendo, remera y bermuda de colores y custodiado por penitenciarios- pudo ser captado por los fotógrafos y camarógrafos, en un pasillo de subsuelo, antes de ingresar al ducto de circulación de detenidos, que une el calabozo con la sala 15, donde pudo enfrentarse con los 12 integrantes del jurado popular que lo juzgará.

El israelí enfrenta el debate imputado por “homicidio agravado por el vínculo” en relación a su madre; y “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”, en el caso de su tía, por lo que arriesga pena de prisión perpetua.

Pedido de la Fiscalía

“Si él maúlla, ladren más fuerte para que deje de engatusarnos”, dijo el acusador principal, Fernando Guzzo, jefe de la Fiscalía de Homicidios, refiriéndose a las 12 personas que integran el jurado popular, haciendo referencia a que Pereg finge tener alteraciones mentales.

Luego de señalar que Pereg enfrenta cargos por los homicidios “despiadados” de su madre y su tía, el fiscal les propuso a los jurados centrarse en una línea temporal del comportamiento del imputado para ver que antes de ser detenido su conducta era la “normal” de un homicida: hizo la denuncia del arma que luego utilizaría para matar a su tía; hizo la denuncia de desaparición de sus parientas, dio notas periodísticas, y transfirió unas armas a sus abogados, entre otras cosas.

Para el fiscal la discusión dura del debate es saber si es inimputable, haciendo referencia sus patológicas (parafrenia, alucinaciones, licantropía), afirmando que son fingidas pero que, en el fondo, “es una persona fuera de lo común, pero eso no lo hace inimputable”.

Pedido de la Defensa

“No se comporten como animales; la Justicia no se trata de ladrar sino de comportase como humanos”, respondió a su turno el abogado Maximiliano Legrand.

Lautaro Brachetta, otro de los defensores arrancó los alegatos de la defensa diciéndole al jurado que no deben cerrarse en la única propuesta de la fiscalía –la condena por unanimidad- sino que hay posibilidades, “desde el encierro en la cárcel a una internación en un hospital neuropsiquiátrico”.

“La fiscalía dice que decidan por unanimidad. Les prohíbe pensar, defender sus convicciones. Cuando analicen las pruebas, defiendan sus convicciones, la mejor solución del caso”, sostuvo el abogado.

Luego Legrand, tras citar al Ulpiano (“la Justicia es dar a cada uno lo suyo”), afirmó que “si el hecho (los homicidios”) no fueron conscientes, no debe ser condenado por una cuestión de humanidad”.

No se comporten como animales. La justicia no se trata de ladrar sino de comportase como humanos”, aconsejó al tribunal popular.

Luego dijo que “es una falacia y una mentira total” lo que dijo el fiscal Fernando Guzzo, al afirmar que las personas con un padecimiento mental “no pueden realizar actos de la vida normal”.

Luego hizo una comparación entre el famoso “Loco Juan” –el conocido personaje de las calles mendocinas- que se manejaba por la vida con normalidad, pero cuando fue imputado por un abuso sexual, fue considerado inimputable.

Luego, repasó la vida de Pereg, desde que residía en Israel, donde estuvo varias veces internado por andar desnudo en un campus universitario hasta su estadía en Guaymallén, donde lo estafaron en 60 mil dólares y vivía con 37 gatos.

Por último, les hizo escuchar al tribunal popular un audio donde se escucha al reconocido psiquiatra Mariano Castex hablar con Pereg en fase delirante.

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