
La joven de 14 años que fue con un arma de fuego cargada a la escuela Marcelino Blanco, de La Paz, permanece internada en el Hospital Notti, donde aseguraron que pasó la noche tranquila. Sus padres están junto a ella para acompañarla en todo el proceso, e indicaron que ya comenzó un tratamiento.
Los médicos emitieron un parte médico en la mañana de este jueves para dar a conocer cómo estuvo la adolescente de 14 años luego de haber estado atrincherada durante 5 horas con un arma de fuego en la escuela Marcelino Blanco, de donde es alumna de primer año de la secundaria.

La paciente se encuentra estable, en sala común y pasó bien la noche», señalaron los especialistas que tratan a la joven desde la tarde del miércoles, luego de la tensión extrema que vivió hasta que pudieron sacarla sana y salva del colegio.
Agregaron: «Está bajo tratamiento, evaluación y acompañamiento de los equipos médicos pediátricos y de salud mental» para abordar todas sus necesidades integralmente.
La adolescente que revolucionó La Paz
Pasadas las 9 del miércoles la escuela Marcelino Blanco se vio en una situación jamás pensada para ninguna autoridad, docente ni los mismos alumnos cuando vieron que una chica de 14 años caminaba por el pasillo con un arma de fuego en sus manos, la cual le había sacado a su padre, quien es policía de San Luis.
Un rápido operativo hizo que todos los chicos estuvieran a salvo, pero la alumna había quedado sola dentro del colegio con el arma en sus manos, y no encontraban la forma para que la entregara, para evitar que se hiciera daño, y para que dejara que la asistieran.
Mediadores
El gobernador Alfredo Cornejo recibió este jueves en su despacho a los negociadores de la Policía de Mendoza que resolvieron la crisis generada por la alumna de 14 años que se atrincheró armada en una escuela de La Paz.
El mandatario provincial se refirió al hecho que mantuvo en vilo durante 5 horas a la sociedad mendocina este miércoles. “Lo que vivimos ayer en La Paz nos conmovió profundamente y nos sigue interpelando. Una situación extrema que involucró a una menor y que puso a prueba a todo nuestro sistema, activando protocolos en seguridad, salud y educación”, expresó.
“Hoy recibí en mi despacho a los negociadores, quienes trabajaron durante horas con profesionalismo, coraje y humanidad para que el operativo concluyera de manera exitosa, sin poner en riesgo ninguna vida”, manifestó el gobernador.
A su vez, destacó que “su tarea fue decisiva y mostró el valor de contar con los recursos necesarios y fundamentalmente con equipos altamente preparados para enfrentar situaciones críticas. A ellos, en especial a la Fuerza de Operaciones Especiales y a todos los que intervinieron en el operativo, mi reconocimiento y gratitud”.
“En momentos difíciles, la coordinación entre ministerios, fuerzas de seguridad y profesionales es lo que nos permite dar respuestas efectivas”, sostuvo.
Así trabajaron los negociadores ayer

En inmediaciones de la escuela Marcelino Blanco, y con el pueblo de La Paz paralizado y pendiente del desenlace, personal policial y judicial calificado seguía el desarrollo de los acontecimientos desde un vehículo utilitario estacionado estratégicamente.
Completaban el paisaje las ambulancias listas para actuar, los vecinos y los periodistas de la zona y los que llegaron especialmente en busca de la noticia.
El operativo contó con el valiosísimo aporte y asesoramiento del médico psiquiatra Manuel Vilapriño, director de Salud Mental de Mendoza.
Cara a cara con la alumna de 14 años con el arma en la mano
Cuando Chaparro y Conti -los negociadores- la tuvieron cerca, a unos 12 metros aproximadamente, percibieron que la chica estaba como ajena a la situación de riesgo que protagonizaba desde las 9.30.
Vieron que sólo miraba las paredes. Le ofrecieron agua y nunca contestó, como cuando le preguntaron si necesitaba ir al baño. O si quería hablar con alguien en particular. La chica estaba como ida de la escena. Se movía de un lado a otro. Muy nerviosa.
Rapto psicótico, escucharon los responsables del procedimiento. El terror fue en aumento. Pulsaciones a mil. Sin embargo, luego, hubo un acercamiento posicional. Pequeño, pero gran paso al fin. La vida empezaba a ganarle a la muerte.
Cinco metros separaron entonces a la chica armada de Rocío Conti, la mujer policía al frente de la negociación y de la delicadísima misión de convencerla. Para que soltara el arma de fuego de una vez y dejara de poner en riesgo su propia vida.
El equipo apostó siempre a persuadir a la chica con palabras, frases, tonos, gestos y actitudes de acercamiento con un mensaje claro y directo: nada en esta vida es tan grave como para ponerse en riesgo a sí mismo. Ni para poner en peligro a terceros.
Dilema: pistola Taser o granada luminosa
Pero la adolescente -la menor de las tres hijas del comisario- no escuchaba o parecía no escuchar. La mirada clavada en un punto fijo y el arma pasando de una mano a la otra una y otra vez. Pesadilla interminable.
Cerca de allí, un celular activado pero no al alcance de la menor de edad. El aparato pertenecía a una empleada de la escuela.
El grupo convocado para resolver el incidente analizó 2 opciones para irrumpir y poner fin al grave episodio. El tiempo parecía no pasar pero volaba y el riesgo de muerte estaba latente. Utilizar una pistola Taser o detonar una granada lumínica. Sin embargo, cualquiera de las maniobras se topaba con el peligroso dedo en el gatillo.
La descarga eléctrica de la pistola Taser, opinó uno de los expertos, podía empujarla, hacerla perder el control y provocar el disparo involuntario. Y una tragedia. Entonces, tratar de desarmarla por esa vía, concluyeron, podía terminar con la muerte.
Por eso analizaron un plan B: activar una granada especial en el aula para que el estruendo y destello lumínico distrajeran a la chica unos pocos segundos -3 o 5, no más- pero suficientes como para que los negociadores se abalanzaran sobre ella y la despojaran del arma de fuego.
En cualquiera de las 2 alternativas, el éxito o el fracaso de la maniobra elegida pendía de un hilo cada vez más delgado. Vida o muerte.
Desenlace
Por fortuna, no fue necesario aplicar ninguna de estas técnicas porque la palabra precisa y templada surtió efecto. La chica había comenzado a debilitarse emocionalmente. Podía sentirse.
Entonces, a las 14.40 del miércoles, la alumna de la escuela Marcelino Blanco soltó el arma de una vez, el grupo GRIS ingresó al aula y la tranquilidad volvió a La Paz, al resto de Mendoza y a buena parte del país, que palpitó el caso en tiempo real a través de la prensa.
La chica fue llevada a un hospital, donde quedó internada hasta nuevo aviso mientras la Justicia de Familia y la Fiscalía deciden sobre su tratamiento y seguimiento y acumulan testimonios y pruebas para un expediente que será archivado por tratarse de una menor de edad que no puede ser penalizada.
Comienza ahora el minucioso y necesario trabajo de concientización y abordaje para toda la comunidad educativa de La Paz, que volvió a casa angustiada, aliviada pero hondamente preocupada por lo vivido.
Dos cartas dirigidas a los padres
Entre las pertenencias escolares de la chica, más precisamente dentro de una carpeta con apuntes, los investigadores encontraron 2 cartas. Las había escrito de puño y letra y están dirigidas a los padres.
El contenido posiblemente eche algo de luz sobre qué la motivó a presentarse armada en la escuela secundaria, luego a disparar y a mostrar el arma sembrando el terror durante las 5 horas y media más dramáticas dentro de una escuela que se recuerden en Mendoza.