¡Hoy sí!, es una linda y emotiva película para toda la familia en Netflix. Personalmente recomendada para padres de alma joven y con niños así no olvidan lo bueno que es divertirse y crecer en familia siempre con una sonrisa y compartiendo tanto buenos cono malos momentos. Me hizo acordar mucho a la película argentina: «Mamá se fue de viaje».
La historia del film dirigido por Miguel Arteta gira en torno a una familia, los Torres, integrada por mamá Allison (Jennifer Garner), papá Carlos (Édgar Ramírez) y los chicos Katie ( Jenna Ortega) de 14 años, Nando (Julian Lerner) y la pequeña Ellie (Everly Carganilla). Pero lo novedoso de esta película es que su prólogo se centra en el pasado de Allison, una mujer que solía vivir siguiendo sus impulsos, siempre dispuesta a aprovechar las oportunidades que se le presentaban con una gran sonrisa y un sí a flor de labios. Por eso, el contraste con la Allison actual, madre agobiada por las responsabilidades que dice no “más de cincuenta veces por hora”, es la excusa perfecta para el comienzo de la aventura.

Cuando un atolondrado y bienintencionado maestro-graciosa participación del comediante Nat Faxon-, les sugiera probar decir sí por un día y así mejorar los vínculos familiares, la pareja lo intentará a regañadientes. Pero sabiendo que si sus hijos se refieren a Allison comparándola con Stalin y Mussolini, algo tiene que cambiar.
Ese disparador servirá para que cada uno de los integrantes de la familia tenga su momento de locura y aprendizaje aunque ésta es sin duda la película de Garner, que además la produce. Aprovechando su habilidad para la comedia física y su naturalidad para las escenas más emotivas, la actriz consigue un retrato que es tan gracioso como sentimental y sobre todo establece una química evidente con el resto del elenco empezando con Ramírez. A él le toca interpretar a un esposo y papá amoroso que prefiere siempre ser el “policía bueno” cuando se trata de ponerles límites a sus hijos. El actor consigue darle matices e interés a un personaje que podría haber quedado en estereotipo y el hecho de que su castellano de origen (Ramírez es venezolano), se utilice en varios diálogos y no sea apenas un dato de “color” en la trama, aporta otra pincelada de carácter a la familia que se completa con las tiernas interpretaciones de los actores infantiles. Se destaca especialmente de Ortega que evita caer en las morisquetas de las rebeldías adolescentes que suelen aparecer en este tipo de películas y hace de Katie una chica de carne y hueso que está lista para tener un poco más de independencia.




