He visto Drácula siempre, o casi siempre que se presentó en Mendoza, en diferentes edades, desde mi adolescencia a mi adultez, es decir al menos cinco veces y en cada función descubro algo nuevo, algo distinto que me llega al alma, el corazón y me hace salir de una manera distinta del teatro, dicen que uno no es la misma persona después de ver arte y les puedo asegurar que se aplica perfectamente a Drácula.
Entre tantos personajes y distintas historias el amor es el hilo que une todo con la magia de la música, el encanto de las letras, el poder de las voces y la maravilla de la puesta en escena. Cada personaje vive el amor desde diferentes lugares, eso descubrí en esta nueva oportunidad de vivir Drácula y fue una forma nueva de vivirla, también, por haberlo hecho con amigas fanáticas de la obra como yo, o más aún.
La emoción de ellas me llegó tanto al corazón y el alma como el musical en sí. Su emociones, su disfrute, ver y sentir sus vivencias particular en algunas escenas y cómo Lorena, en particular, se preocupó por grabar videos, sacar fotos y mucho más para poder usar en esta reseña, cuasi crítica me emociona aún más al escribir éstas palabras. Gracias por haber estado, por conseguir las entradas por vivir semejante obra como lo hiciste.
Demás está decir que en septiembre se vuelve a ver Drácula, la despedida, para descubrir algo nuevo, para revivir una historia de amor eterno que vive en la eternidad de la soledad de un Conde Drácula que siente dolor y mucho amor, un amor que siempre salva como dice mi amiga Lore.
Ficha técnica
El Drácula de Cibrián-Mahler fue y es un fenómeno que ya cumplió 30 años desde su estreno en el Luna Park, un hito teatral que ha recorrido muchos países y que se calcula lo han visto más de 3 millones de espectadores.
Además de Cibrián-Mahler, la dupla creadora de Drácula, el musical, estuvieron de regreso sus protagonistas Cecilia Milone, en el papel de “Mina”, y Juan Rodó, como “Drácula”. También subieron al escenario nuevamente Laura Silva (Nani), Pehuén Naranjo (Van Helsing), Karina Levine (La Condesa) y tantos otros. Completaron los protagónicos centrales Josefina Scaglione (Lucy) y Mariano Taccagni (Jonathan).
Rodó se ha expresado acerca de su personaje diciendo que es absolutamente maravilloso, por los matices actorales que le permite, donde pasa por la ferocidad pero también por el romanticismo. Rodó ha destacado además que dentro de ese monstruo habita increíblemente una humanidad, que fascina al público por esa dualidad.
Por su parte, Cecilia Milone ha sido contundente, al expresar que ha sentido siempre a Drácula como el inicio de su carrera profesional. Su deseo de estar sobre los escenarios lo tuvo desde muy pequeña y aquel 29 de agosto de 1991 fue para ella un nacer popularmente, con el merecido reconocimiento a su amplio talento como actriz y cantante.
La historia
Un conde ha perdido al amor de su vida y se convierte en vampiro para hallar nuevamente a su amada en otras vidas. En ese camino hacia su amor, asesinará a una de las personas más queridas por Mina (el amor de Drácula). Pero también mostrará su costado más vulnerable, cuando se encuentre frente a ella, su amada y llegue uno de los grandes dilemas que plantea la historia adaptada por Cibrián-Mahler. Drácula, el musical tiene canciones originales convertidas en absolutos clásicos del género musical.
Temporadas
Drácula, el musical se estrenó en 1991, en el estadio Luna Park y realizó cinco temporadas en el mismo estadio (1991, 1992, 1994, 1997, 2000), dos temporadas en el Teatro Ópera de Buenos Aires (2003 y 2007), dos temporadas en el Teatro Astral (2011, 2016). Se calcula que más de 3 millones y medio de personas han visto el musical, no sólo en Argentina, sino también en Brasil (2000), Chile (1992 y 2008) y España (1994).
Campeones
Sin dudas, una de las preguntas más asiduas a Pepito Cibrián Campoy, el actor, guionista, director e hijo de dos enormes hacedores culturales como Ana María Campoy y Pepe Cibrián, es cómo surgió la idea de hacer Drácula, el musical.
El relato a esa pregunta está vinculado siempre a una de las “patas” que tuvo la obra como fue contar en la producción con Tito Lectoure, dueño en su momento del Luna Park. Cibrián ha dicho que venían con su madre de perder toda su inversión en un musical que no funcionó llamado “Las dulces niñas”. En esa desesperación por plantear otra alternativa artística, él tomó el teléfono y llamó a Tito Lectoure, y en ese momento dice, podría haberle propuesto cualquier otra historia, pero en el momento le surgió decirle que era “Drácula”. Lectoure, sin conocerlo, aceptó producirla y cuando ya estaba consolidada, Cibrián le hizo la pregunta de por qué había invertido en su propuesta. Su respuesta fue un halago y a su vez una realidad que la historia demuestra “porque estoy acostumbrado a hacer campeones”.







































