50 años del Movimiento Juvenil de Peregrinos, la revolución del amor y mi bastón de apoyo














Maranatha es la palabara de la vida... Un Oasis (retiro de conversión) fue mi puerta de entrada a un mundo que ya conocía y habitaba, pero que no compartía del todo, no compartía eso de lo que mucho no se habla, no compartía a Jesús, a mi Cristo Hermano y el Movi me enseñó a COMPARTIR un amor que no solemos compartir ni enseñar, tal vez por miedo, tal vez por no quedar mal, por no ser el único que lo hacía y una vez fuera del Movi, aún sin decirlo en voz alta, lo comparto igual, porque los valores aprendidos, las enseñanzas vividas, el amor no cambia. Aunque no seamos los mismos, ni creamos lo mismo que en la adolescencia, lo escencial continúa en nuestros corazones y no lo olvidamos.
Podemos tomar camisno distintos, pasar años sin vernos, pero seguimos compartiendo todo lo que vivimos a lo largo de muchos años en el Movimiento, la amistad está y no se borra, las alegrías, las lágrimas, las emociones están y estarán en nuestros corazones por siempre, por eso seguimos compartiendo la vida, compartiendo el amor.
La Revolución del Amor
En el año 1999 hice el Oasis 237 en Peregrinos I del centro y conocí a una personita maravillosa que contagiaba alegría y una energía hermosa, era Vladimiro Rossi, un sacerdote ejemplar, un asesor del Movi como ningún otro.
Él hablo mucho antes de la Revolución del Amor que el mismo Papa Francisco y no solo lo hablaba, lo transitaba y quería que todos los siguiéramos. Vladi ponía su alma por el Movimiento, estaba pendiente de cada detalle, nunca bajaba los brazos.
Era increíble que llamara a cada peregrino para su cumpleaños, tenía una agenda escrita a mano y si no llamaba era capaz de aparecer en su bicicleta por tu casa para saludar. Una bicicleta en la cual anduvo siempre, hasta que su salud se lo permitió. Su perdida fue importante, pero su legado mucho más, un verdadero revolucionario del cual costará mucho tiempo olvidar.
Bastón de Apoyo
Como les contaba antes hice mi Oasis en un momento muy especial, primero y principal cuando menos me lo imaginaba (ya había perdido un poco las esperanzas porque me habían presentado un par de veces y no había quedado), pero los tiempos de Dios son así… impredicibles… AL final mi gran amigo no pudo ser mi padrino «oficial», y con aquella madrina «oficial», a quien no conocía, hoy en día comparto cada misa de fin de semana desde la liturgia, el canto y la eucaristía.
Volviendo a mi primer Oasis, yo siempre tuve problemas, desde niña, de aprender el Padrenuestro, y la cita principal del 237 era precisamente en la que Jesús enseña a sus apótoles a rezarlo. Por eso el nombre del Oasis era «Mi Bastón de Apoyo», y para sumar una coincidencia más, hice el retiro en muletas….
Todo parecía cerrar perfectamente, fui al Movi la primera vez y entre de una a la comisión de Polea y lo primero que nos dijo la coordinadora fue que teníamos que dar el 110% por Jesús y no lo dudé un segundo.
Era el momento de darlo todo, en el Movi, en mi comunidad, en mi familia, en la vida… oboviamente no era fácil, pero compartiendo todo se hacía mejor, conociendo personitas que se hacían importantes en mi día a día más, era cómo un circulo que no podía detener, como un dar y recibir constante.
Comunidades, Remansos, AMIGOS
Fui pasando por muchas etapas durante mis años en el Movi, tanto allí como en mi vida, en mi familia, en mis estudios, pero sin duda mis mejores momentos los viví en mis comunidades, en mis equipos, en mis remansos, compartiendo, creciendo y viviendo una infinidad de cosas…. amistades, amores, peleas, casamientos, separaciones, fallecimientos, hijos, sobrinos….
Grandes, grandísimos amigos con los que no nos importaba trasnochar para hacer un caja o un sobre, compartir un charla en la Reunión de la Alegría, hacer la mejor de las poleas para elevar un Oasis, subir el cerro más alto para llegar a una cruz, hacer favores, recorrer kilómetros en autos, casi siempre sin una moneda en el bolsillo…
Y lo más lindo de todo es que más de 20 años después lo seguimos haciendo, seguimos una amistad, con algunos más cerca, con otros más a la distancia, pero siempre presentes de alguna u otra manera y sabiendo que sea lo que sea vamos a estar el uno para el otro cuando haga falta.
Cuarto día
Siempre estamos en movimento, la vida es moviento y lo lindo es que el Movi sigue estándo, muchas cosas han cambiado seguramente, pero es muy importante que se continue caminando y que muchas personas puedan seguir convirtiéndose al mundo maravilloso de COMPARTIR EL AMOR DE JESÚS.
Es necesario que desde el lugar que sea, que nos toque, que nos llame, podamos continuar la REVOLUCIÓN DEL AMOR, no hace falta que hablemos de religión, el amor es universal y eso no se cambia ni se negocia.
Si queremos un mundo mejor, una Argentina nueva, no debemos olvidar los valores que aprendimos y con los que crecimos como peregrinos, es verdad que somos muchos, varios miles y si cada uno desde el ejemplo hace lo correcto y lo que se debe, todo mejoraría un montón… muchos granos de arena formarían una gran montaña, o elevarían nuestra calidad de vida como una enorme polea.
No olvidemos que la vida es un cuarto día eterno, un cuarto día que transitamos con nuestras cruces, con nuestras comunidades, un cuarto día que es mejor pasar acompañados, tomados imaginariamente de la mano, o no tan imaginariamente, en este cuarto día nos necesitamos entre todos.
A seguir estando en movimiento entonces, necesitamos verdaderos líderes, compañeros que pongan en práctica todo lo que un retiro nos tocó alguna vez el corazón… Por mi parte voy a seguir siendo Bastón de Apoyo para mis amigos, mi familia y quien lo necesite, porque necesitamos muchas manos, muchas voces, muchas sonrisas, muchas fuerzas para cambiar lo que está mal o no sirve. Y por muchos años más querido Movi. Marantha en al palabra de la vida…
Precioso Vero! A veces no se encuentran las palabras para podes transmitir tantas vivencias y tanto amor! De Vlady se podrían decir tantas cosas pero la más importante es AMOR! El que nos dió y enseñó a dar con respeto y con esos detalles, como sus llamadas el día del cumple que aún hoy siguen haciendo falta! De Dios volvernos a encontrar! Un abrazo