Entre el 18 y el 25 de mayo de 1810 comenzó a gestarse en el Río de la Plata el proceso revolucionario que daría el primer gran paso para el surgimiento del Estado argentino. La denominada Primera Junta, encabezada por Cornelio Saavedra, se opuso a la Junta de Sevilla que gobernaba en aquel entonces en nombre del rey español Fernando VII. Aquel 25 de mayo el virrey Cisneros fue destituido y asumieron entonces los representantes designados por el Cabildo. Allí comenzó el proceso revolucionario que culminaría con la declaración de la independencia el 9 de Julio de 1816.
Las luchas que irían progresivamente avanzando hacia la instauración de gobiernos nacionales y republicanos en Latinoamérica se dieron a lo largo de todo el siglo XIX.
Hoy, conmemoramos aquel 25 de mayo de 1810 donde una multitud se reunió en la Plaza de Mayo para celebrar la defensa de la soberanía popular.
Hoy como ayer, es preciso tener presente la importancia de contribuir a la construcción colectiva de una sociedad mejor y más justa.
Hoy como mañana, pasado mañana, la próxima semana, el siguiente mes y todos los años, es necesario que dejemos las grietas, es hora de construir un país federal con ideas claras y concisas que nos ayuden a levantar este país sin importar los colores políticos o ideales, lo importante es que se cumplan medidas en el tiempo, que se sostengan sin que cambien con el gobierno de turno.
La única manera de mejorar el presente y tener un futuro es tirando todos para adelante pensando en lo mejor para la gran mayoría, ojalá para todos también, sin grietas en salud, economía o educación. Tenemos que aprender a ceder por el bien común y elegir el camino que más nos convenga para levantar de una vez por todas este hermoso país que lo tiene todo para ser mejor.
Viva la patria
