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Papa Francisco, 10 años del Sumo Pontífice, sus desafíos, cambios y principales hechos

El 13 de marzo de 2013 el papa Francisco se convirtió en el primer jesuita en asumir la conducción de la Iglesia católica. La génesis de su nombramiento y la calculada elección de su nombre papal no fueron ajenos al contexto. El flamante capitán de la milenaria institución religiosa debió enfrentar una serie de desafíos tanto externos como internos que condicionaron su imagen e influyeron en la caída de fieles en un mundo hostil marcado por la pobreza y la guerra.

Hace diez años, Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el primer sumo pontífice oriundo de América y el Hemisferio Sur, y el segundo no europeo desde el año 741, tras el deceso del sirio Gregorio III. En la entrada del siglo XXI, el ex arzobispo de Buenos Aires enfrentó el mayor desafío de su vida: ser elegido entre los cardenales reunidos en la Basílica del Vaticano para administrar el gobierno de la Santa Sede en un momento trascendental para la institución que congrega a más de 1.200 millones de fieles en el mundo.

Los desafíos del papa Francisco

Francisco, quien eligió su nombre papal en función del revolucionario santo de los pobres, olfateó la época. Así quedó evidenciado tras una década en el poder en la que marcó su propia impronta en comparación a sus antecesores. En especial en relación a la purga de la Iglesia que llevó a cabo para limpiar su imagen luego de los escándalos por los casos de abuso sexual o los manejos fraudulentos de las finanzas del Vaticano perpetrados por miembros de la curia romana.

Entre otros retos, el Papa «progresista» debió enfrentar presiones de los conservadores por sus posicionamientos sobre cuestiones sociales y medioambientales, en relación con su visión sobre una Iglesia más inclusiva, austera y comprometida con los «vulnerables», una postura que se vio reflejada en sus numerosas entrevistas y en sus encíclicas Evangelii Gaudium, Laudato Sí y Fratelli Tutti. Sus acciones le valieron acusaciones de «marxista» por parte de algunos poderosos vaticanos o incluso de «peronista» de este lado del Atlántico por sus escuetas referencias a la política argentina.

A sus 86 años, Francisco asegura tener su carta de renuncia «preparada» por si se enferma, el único motivo por el cual daría un paso al costado. A 10 años de su asunción como obispo de Roma, el Papa porteño, fanático de San Lorenzo, gambeteó a más de un detractor y avanzó en los retos que se había planteado para subsanar la -todavía- iglesia cristiana mas numerosa del mundo.

1. «Tolerancia cero» de la pederastia 

Los incontables escándalos sexuales que salpicaron a la Iglesia Católica fueron uno de los desafíos mas difíciles que tuvo que afrontar Francisco al asumir como jefe de estado de una institución criticada por el encubrimiento y la protección de los agresores. Luego de una serie de intentos fallidos, entre ellos el fracaso de una comisión internacional de expertos en 2014, en 2018 Francisco pidió disculpas a las víctimas por haber «encubierto» al obispo chileno acusado de pederastia.

Desde entonces, Bergoglio adoptó una postura de «tolerancia cero» a la pederastia. En 2019, Bergoglio aceptó la renuncia del Arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzari, investigado por la justicia de ese país por acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales a chicos y adultos por parte de sacerdotes. Asimismo, expulsó al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, tras haber sido declarado culpable por ese delito.

Además, el sumo pontífice también creó una comisión de consulta para la protección de menores dependiente del gobierno de la Santa Sede y ofició una cumbre sin precedentes en el Vaticano sobre la materia. De la misma se desprendieron una serie de medidas revolucionarias que incluyen la supresión del secreto pontifical sobre los delitos de abusos sexuales del clero, obligación para los religiosos de informar de cualquier caso a su jerarquía y plataformas de escucha en las diócesis de todo el mundo.

2. Reformas y transparencia  

Desde que asumió, sumo pontífice dedicó gran parte de su papado a realizar profundas modificaciones en el gobierno central de la Santa Sede con el fin de «acercar» a la Iglesia a la gente. Entre las medidas se destacan haberle dado más lugar a las mujeres y los laicos, enmarcadas en la reforma constitucional de 2022 que reorganizó los dicasterios y provocó un revuelo dentro de la curia romana, en especial luego de la degradación de la poderosa institución del Opus Dei.

Tras asumir el cargo un año después del megaescándalo de corrupción en el Vaticano conocido como Vatileaks, Francisco se ocupó de esclarecer el turbio manejo de las finanzas del Vaticano. En 2014 creó un secretariado para la Economía; aplicó un marco de inversiones y de medidas anticorrupción y ordenó el reajuste del Banco del Vaticano, con el cierre de 5.000 cuentas. En este proceso también estalló el escándalo en torno a Angelo Becciu, uno de los cardenales mas poderosos del Vaticano que renunció al ser juzgado por la compra de un inmueble de manera corrupta en nombre de la Santa Sede.

3. Progresismo y diplomacia

Si bien mantuvo una «mirada de pastor» y en general evitó referirse a temas de índole política a nivel internacional, Francisco nunca evadió su preocupación por los procesos políticos en todo el mundo con especial atención en «la periferia», siendo los países «marginados» el foco de sus mas de 40 viajes internacionales.

Desde que asumió, en la mayoría de sus audiencias Bergoglio denunció los niveles de pobreza en todo el mundo y la crisis climática. Por ejemplo, en su encíclica «Laudato Si» (dictada en 2015) reclamó una «revolución verde» y criticó el «uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto» en la Tierra. 

or otro lado, en su lucha por cambiar el status quo también hizo hincapié en la guerra en Ucrania, «su mayor preocupación», según declaró en varias oportunidades, que pateó el orden multilateral ya amedrentado por la pandemia de coronavirus. A esto sumó su constante llamado de atención a la crisis migratoria en el Mediterráneo que acumula cientos de muertos en las costas europeas y por lo que pidió «una acogida sin distinción».

Además, en ese sentido el Papa se mostró abierto al diálogo interreligioso, tal como demostró en la histórica visita a Irak en 2021 o su reunión con el patriarca ortodoxo ruso Kirill en 2016, en lo que fue el primer acercamiento entre las iglesias cristianas de Occidente y Oriente desde la escisión en 1054. También alcanzó un acuerdo inédito con China respecto al nombramiento de obispos y ofició el acercamiento también histórico entre Cuba y Estados Unidos en 2014.

4. La presión conservadora 

Las reformas de Francisco no cayeron bien entre los conservadores de la Curia. Mucho menos lo hicieron sus críticas a la «obsesión» de la Iglesia católica con la penalización del aborto o el matrimonio igualitario, o su condena al «capitalismo salvaje» y a la «dictadura de la economía». Estos posicionamientos los deslizó en la encíclica Evangelii Gaudium («La alegría del evangelio») y le valieron una acusación de tener «tendencias marxistas«.

Entre sus mayores detractores se destacan los conservadores de Estados Unidos, representados por Timothy Broglio, presidente de la Conferencia Episcopal, un declarado opositor al proceso de renovación planteado por Bergoglio.

5. Hechos y perlitas

El «Papa del fin del mundo»

En 2013 se sabía que la salida de Benedicto XVI era inminente. Tras el proceso de la fumata blanca, Bergoglio fue elegido por los cardenales. En la previa, se hablaba de un “Papa negro” y un “Papa del fin del mundo”, en relación al nuevo líder.

“Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscar un nuevo Papa casi al fin del mundo”, fueron sus primeras palabras.

«Laudato si», la encíclica que sentó las bases del Pontificado

El 24 de mayo de 2015, el papa publicó su segunda y revolucionaria encíclica. Se trataba de «Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común».

Por primera vez un Papa hablaba de manera extensiva y como tema del que se tiene que ocupar la Iglesia de la defensa del medioambiente y del cambio climático. Se ha convertido en un manifiesto ecologista para el mundo.

La misa récord con mayor cantidad de personas en la historia

Con dos años como PapaFrancisco visitó Filipinas en enero de 2015. Allí encabezó una multitudinaria misa en el Parque Rizal de Manila. Según las cifras oficiales asistieron entre 6 y 7 millones de personas, la más masiva de la historia de la Iglesia católica.

Covid y pandemia: el momento más oscuro

El momento más duro del mundo, del cual el Vaticano no quedó exento. En plena pandemia, Francisco decidió salir el 15 de marzo de 2020 para rezar ante un crucifijo del siglo XVI ante el que los romanos imploraron en 1522 el fin de la “gran peste”.

Volvió a mostrarlo el 28 de marzo, quizá en el momento más oscuro de la pandemia. “Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador”, describió el Papa.

Se trató de una imagen totalmente antagónica cuando, a causa de la pandemia por el coronavirus, el Papa llegó en solitario a la icónica plaza de San Pedro.

Visita pendiente a la Argentina

El Papa Francisco habló nuevamente sobre su visita a la Argentina por primera vez, algo que se viene postergando desde hace 10 años. Declaró que «después de una elección ciertamente que sí» podría venir al país, aunque dependerá de «miles de factores».

Reveló, en un libro biográfico publicado recientemente, que su regreso al país «estaba planeado en diciembre del 2017».

«Yo quiero ir a Argentina», expresó como una muestra de deseo el Sumo Pontífice.

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